"No tengo nada contra Guti"
Luxemburgo cree que el canterano es "fantástico" pero poco continuo
Guti es al fútbol lo que el Guadiana a la geografía. Un misterio de la discontinuidad. Un futbolista polivalente y desequilibrante, brillante en ocasiones, desaparecido en otras. O eso piensa Vanderlei Luxemburgo, el entrenador del Madrid: "Guti es un jugador fantástico, de mucha técnica. Si jugase siempre como lo hizo contra el Athletic, siempre estaría en el once titular", dijo ayer el técnico, que estudia que el canterano juegue de inicio hoy contra el Alavés. Aunque no lo tiene claro: "Nunca he perdido la confianza en Guti. No tengo nada contra él. Pero sólo se habla de él en las victorias. Otras veces no está tan bien. También estuvo en el equipo cuando perdimos contra el Celta", explicó el técnico, dispuesto a admitir que Guti es el jugador que desatasca al Madrid de los extremos desterrados, pero no a convertirlo en imprescindible: "Ante el Athletic no jugó solo", matizó. "Pero este es un debate que ya dura más de diez años".
Guti, talento desaprovechado para unos, díscolo e inconsistente para otros, lleva una década en el centro de la discusión. Ha jugado más de 250 partidos. Nunca ha sido indiscutible. Cada vez que encontró su lugar tuvo que buscarse acomodo en otro puesto. Mediapunta elegante, pasó al banquillo con la llegada de Zidane. Delantero atinado, tuvo que reubicarse cuando llegó Ronaldo. Y conjurados sus demonios como medio centro, convertido en el jugador más clarividente del equipo, en el autor del último pase, Guti cedió el puesto al voluntarioso Gravesen. El debate "no es una cosa de hoy", insistió Luxemburgo, enfundado en una moderna cazadora vaquera, impasible cuando se le recordó que Cuchi Cos, el entrenador del Alavés, prefiere que Guti no juegue. "Los rivales no van a hacer mi alineación. No estoy aquí para hacer lo que todos quieren, sino lo que creo que es mejor". Y lo mejor, según Luxemburgo, es que Robinho y Ronaldo descansen. "Robinho llegó de competir en Brasil y enseguida debutó. Puede que sea mejor que empiece en el banco contra el Alavés. Y el miércoles [ante el Olympiakos] no estará Ronaldo".
Luxemburgo suele decir que es el comandante del Madrid. Dirige los entrenamientos entre palmadas apremiantes y cortantes gritos: "Ieeeeee", bramaba ayer mientras se enfrentaba cara a cara con Guti o con Ronaldo, asumiendo el papel de central mientras sus jugadores disparaban a puerta. A Luxemburgo le preocupa la efectividad goleadora del Madrid. A sus jugadores parecen preocuparles otras cosas. Los centros rivales, por ejemplo: sin Luxemburgo en el césped, Casillas se dedicó a atajar uno y mil centros, mientras que Beckham, en la portería contraria, centraba para que Woodgate despejase. De la práctica nace la seguridad. Algo que Luxemburgo, él sí, insistente, continuo, inalterable en el discurso, tiene de sobra: "Hemos jugado con hielo en Soria y ganamos, como en Pamplona. El Alavés también es difícil. Pero una victoria o una derrota no pueden cambiar el objetivo final".
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