Cogida de Pepín Monge
Los toros salieron bien presentados y no se cayeron, justo el día que se televisó el festejo. Fueron mansos en distintas graduaciones, yendo del pregonado segundo a los dulces tercero y cuarto. La afición no protestó; la mansedumbre es una condición de la res, no un defecto. Por la mansedumbre se llegó a la tranquilidad en los tendidos.
La cruz de la tarde fue para Pepín Monge, miembro de la cuadrilla de Antonio Barreda. Salió manso el primero de Barreda. Por remedio le dieron capa a destajo. Latín sabía cuando llegó a la muleta. Varios avisos llevaba el espada cuando al rematar una suerte resultó golpeado yendo a caer a los lomos de la bestia. En su ayuda fue Monge; se le revolvió el manso dándole una certera cornada en el muslo derecho de unos 30 centímetros, que junto a otra de menos calado en la zona escrotorial fue intervenido en la enfermería. En el otro, Barreda no aprovechó la bondad de su oponente pero sus redondos resultaron sosos, sin transmisión. Inédito al natural.
Valdefresno / Ponce, Barreda, Vega
Tres toros de Valdefresno y tres de Fraile Mazas: bien presentados y mansos. Enrique Ponce: pinchazo, media caída, dos descabellos (saludos); dos pinchazos, -aviso-, media trasera (saludos). Antonio Barreda: estocada (saludos); estocada (saludos). Salvador Vega: pinchazo, estocada (oreja); media atravesada, tres descabellos (palmas). Plaza de Zaragoza, 12 de octubre. 6ª de feria. Casi lleno.
Enrique Ponce sólo pudo lucirse en su segundo. Morado se puso a redondos, circulares, naturales, hasta encimista. Desde el sitio tan personal que pisa el maestro. Salvador Vega toreó para el público, aprovechando la boyantía del tercero deleitó a la parroquia con toda clase de suertes.
Babelia
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