Incondicionales del vinilo
Una empresa malagueña edita unos 100.000 discos al año y los exporta a las principales capitales del mundo
En plena era digital, cuando la música se baja de Internet y se almacena en CD o en MP3, todavía subsisten algunos románticos que se resisten a enterrar el formato que reinó desde mediados del siglo pasado y hasta bien entrada la década de los noventa: el disco de vinilo. Ese es el caso de José Enrique Alcalá y su socia Sonia Marín, propietarios de la firma discográfica malagueña Kankana Records.
Ambos se embarcaron hace tres años en una empresa que, después afrontar una grave crisis que casi les lleva a la quiebra, está reportándoles beneficios y que ha situado a su discográfica en un lugar privilegiado entre las no más de 65 empresas del sector que hay en España que producen su propia música. Kankana Records, que toma su nombre de una especie de araña de largas patas que habita en las esquinas de los techos, nació con la idea de convertirse en la primera firma andaluza dedicada exclusivamente a la conversión de la música digital al formato analógico en vinilo, objetivo que se vio truncado al tomar prestada esta idea una gran multinacional.
"Yo trabajaba de informático en Novasoft cuando me enteré de que iba a salir al mercado una máquina con este fin y presenté un proyecto para conseguir apoyos económicos para montar la empresa", recuerda Alcalá. "Pero la máquina no acabó de llegar al mercado, y cuando lo hizo daba demasiados problemas, así que desistí del proyecto inicial y le busqué las vueltas", añade este malagueño de 31 años.
El nuevo plan de Alcalá pronto cuajó. "Miré lo que costaba el proceso de conversión de lo digital en analógico y descubrí que podíamos abaratar mucho el coste de la producción de un vinilo haciendo cada paso del proceso en un país diferente", explica. Su ir en contra de los tiempos ha encontrado muchos incondicionales. Especialmente de los jóvenes pinchadiscos que crean su propia música para las sesiones que ofrecen en las grandes discotecas de moda de la Costa del Sol, Madrid, Berlín o Londres. Ellos son sus principales clientes y gracias a ellos Kankana Records ha podido diversificar el negocio hasta crear varios sellos discográficos bajo los que se editan sus creaciones. "Nosotros apoyamos a pequeños grupos de música, editamos las creaciones de algunos djs con mucho tirón en la Costa del Sol, como Miguel Picasso o Anthony Class y proveemos de la mejor música para pinchar a otros djs del país de éxito nacional e internacional, trabajos que exportamos a capitales de todo el mundo", indica Alcalá.
"La calidad del sonido del vinilo no es comparable a ningún soporte digital de uso habitual, por eso nuestra producción propia va en aumento cada año, ya que la demanda es alta", asegura el propietario de Kankana Records. La firma edita anualmente unas 100.000 copias, la mitad de ellas de música de producción propia y la otra mitad por encargo de clientes particulares, como el que recibió no hace mucho del grupo Amaral, que regaló el vinilo en una fiesta privada del grupo.
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