Una exclusiva (e)vidente
La edición en castellano de El huevo de la serpiente (1922-1924), las crónicas alemanas de Eugeni Xammar, reedita un viejo y obsesionante asunto: si Xammar y Josep Pla se inventaron las entrevistas que publicaron con Hitler en La Veu de Catalunya y La Publicitat, respectivamente. La primera entrevista apareció el 24 de noviembre de 1923, firmada por Xammar. Cuatro días después apareció la de Pla: siempre pareció un mero refrito del original. Una y otra se publicaron pocos días después del fallido putsch de Múnich, mientras el dirigente nazi estaba en la cárcel. Permanecieron en bodega, en la inmensa e inescrutable bodega de los periódicos, hasta la edición catalana de las crónicas, en el año 2000. Fue entonces cuando Lluís Permanyer levantó la ceja con su acostumbrada sagacidad. "La mayor duda", escribió en La Vanguardia del 25 de agosto del 2000, "me asaltó a raíz de comprobar que ninguno de los dos jamás volvió a hablar del tema. Y me resulta muy extraño que Xammar, pongo por caso, no lo comentara ni siquiera de pasada en las numerosas páginas que dedica en sus memorias a las experiencias que vivió en Alemania. Tampoco hay una sola línea en la obra completa de Pla. Me resisto a creer que ambos fueran tan olvidadizos, de haber estado ni que fuera cinco minutos a solas y frente a frente con el loco de la mirada magnética".
Imaginemos que Xammar inventó la entrevista. Que puso en boca de Hitler tópicos antijudíos. Si fue así, profetizó la solución final
Es un argumento sólido de la sospecha. Pero, naturalmente, no prueba nada. Charo González, que ha escrito un ejemplar estudio introductorio a Xammar en otro libro publicado recientemente, Crónicas desde Berlín, y que es la persona que más sabe sobre el gran periodista, acepta las desconfianzas de Permanyer. Pero añade: "Las memorias de Xammar no son propiamente unas memorias, sino un libro de conversaciones sobre su vida. Y hay muchos olvidos y lagunas. Éste, por ejemplo". Y alarga un documento de la Agrupación Socialista Madrileña del 29 de mayo de 1919. Lleva la firma de Xammar y es la petición de ingreso en el partido. ¡Xammar socialista! Para cualquier conocedor de sus opiniones canónicas no deja de ser, ciertamente, una sensacional noticia callada.
El texto de la entrevista con Hitler no refuerza la hipótesis del fraude. Es verdad que contiene este párrafo, y que este párrafo, leído bajo el punto de vista del fraude, lleva a la carcajada: "En cuanto a la descripción del personaje, ya hemos tenido ocasión de hacerla en estas mismas columnas. Es verdad que entonces no habíamos visto de Hitler más que un retrato; ahora que lo hemos tenido delante, no sabríamos añadir ni una sola palabra". Pero ese hipotético ejercicio de cinismo se compensa con la descripción (aunque parca) del ambiente: "Nos recibe en su despacho del Völkische Beobachter. Lleva puesto un impermeable con la cruz germánica bordada en la bocamanga. No se quita la gorra. Saluda militarmente entrechocando los tacones. Toda la gente que entra y sale del despacho saluda del mismo modo".
Hay una cuestión que agrava decisivamente el problema de la cuestionada veracidad de la entrevista. Se trata, concretamente, de esta declaración de Hitler: "En toda Alemania hay más de un millón de judíos. ¿Qué quiere hacer? ¿Los quiere matar a todos en una noche? Sería la gran solución, evidentemente, y si eso pudiera ocurrir la salvación de Alemania estaría asegurada. Pero no es posible. Lo he estudiado de todas las maneras y no es posible".
-Es una declaración que, de ser cierta, tiene una importancia histórica.
Habla Rosa Sala. Ha escrito un muy alabado Diccionario crítico de mitos y símbolos del nazismo. A su juicio, esa declaración de Hitler prueba su intención de acabar con los judíos, decanta, en cierto modo el debate entre estructuralistas (el holocausto fue producto de la burocracia nazi) e intencionalistas (el holocausto respondió a la voluntad prevista de Hitler), y se sitúa cronológicamente antes de Mein Kampf (1925) y el párrafo donde Hitler advierte de que la I Guerra Mundial habría tenido otro resultado "si se hubieran gaseado a tiempo algunas decenas de millares de judíos". La bibliografía sobre el nazismo es inmensa. Rosa Sala puntualiza que los asuntos relacionados con la solución final están especialmente trabajados y que ella misma ha consultado a diversos expertos alemanes en esa área específica del conocimiento sobre lo nazi.
-No ha aparecido ninguna declaración de Hitler sobre el asunto anterior a la declaración que transcribe Xammar.
El problema, para la estudiosa del mito nazi, es la objeción de veracidad. Se comprende. Sin embargo, la novedad de la afirmación de Hitler, que ella proclama, refuerza la posibilidad de que se trate de una entrevista real. Porque puede ser que Xammar la hubiese construido con discursos o anteriores declaraciones de Hitler y que se hubiese limitado a falsear la dramaturgia. Pero con respecto a este punto crucial, los discursos no existían.
Ahora, para acabar, sin embargo, vamos a imaginar que Xammar la inventó. Que puso en boca de Hitler tópicos antijudíos y que con ellos retorció la mueca siniestra del payaso. Si la inventó, Xammar profetizó la solución final. La posibilidad es aún más turbadora cuando se atiende a lo que Charo González dice para justificar el silencio memorialístico de Xammar: "Puede que no estuviera muy satisfecho con esta entrevista y que no quisiera recordarla. Al fin y al cabo, trató a Hitler como un payaso. Quizá pensara que no había sido muy clarividente".
Tal vez. Pero si se trató de ficción, su (clari)videncia fue total. Terrorífica. Inventó para el periódico la mayor crueldad de la historia humana y se cubrió llamando payaso a su portavoz. La crueldad se verificó. Y Xammar guardó silencio para siempre.
Es verdad: lo pone el periódico.
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