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NEUROLOGÍA

La atención de un neurólogo podría evitar la muerte o las secuelas en 5.500 casos de ictus

La posibilidad de que una persona que ingresa en un hospital tras padecer un ictus (infarto o hemorragia cerebral) muera es tres veces mayor cuando no es atendida por un neurólogo. En estas circunstancias también tiene el doble de probabilidad de sufrir secuelas que le incapaciten de por vida. En España, una de cada cuatro personas que sufren estos accidentes cerebrovasculares y acuden a un hospital en ningún momento son atendidos por un especialista. Así se desprende de un estudio que el grupo de enfermedades cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología (SEN) realizó en 88 hospitales (de los tres niveles de especialización) y dio seguimiento a 880 pacientes de todas las provincias. Los resultados se presentaron a finales de noviembre en la reunión de la SEN en Barcelona y se presentará en febrero en la reunión de la Sociedad Americana del Infarto en San Diego.

"Está fuera de toda duda que lo mejor para quien sufra un ictus es que lo vea un neurólogo lo antes posible. Pero, de este estudio se desprende también que hay grandes diferencias en la atención del ictus en España", asegura el coordinador del estudio, José Álvarez Sabin.

En España se registran una media de 120.000 infartos cerebrales al año, de los cuales se calcula que un tercio de los afectados se recupera del todo, otro tercio queda con secuelas incapacitantes y otro tercio muere. "Si todos los casos que se presentan en España fueran atendidos por neurólogos, podrían sobrevivir al ictus o quedar independiente funcionalmente hasta 5.500 personas más, una cifra llamativa si se tiene en cuenta que son más de las muertes por accidentes de tráfico el año pasado, unas 4.600", asegura Álvarez Sabin.

El ictus es la primera causa de incapacidad en los adultos y la primera causa de muerte de las mujeres y la segunda de los hombres. Los síntomas del ictus (pérdida de fuerza en la mitad del cuerpo, dificultad para hablar o entender, pérdida parcial visión y vértigo, entre otros) aparecen de forma brusca, sin embargo, pasa un tiempo hasta que se produce la lesión cerebral. Este tiempo es la "ventana terapéutica" en la que los neurólogos deben evitar que se muera la parte del cerebro donde se produjo el infarto (falta de irrigación, en el 80% de los casos) o la hemorragia (ruptura de vasos, el 20% restante). "En el caso del infarto, la ventana terapéutica para administrar un fármaco que disminuya el trombo es sólo de tres horas, en algunos casos hasta seis. He ahí la importancia de un especialista que haga un diagnóstico rápido y correcto", dice el experto.

Ante la evidencia de un servicio desigual en las diferentes áreas de España, el grupo de enfermedades cerebrovasculares del SEN ha elaborado un Plan de Atención Sanitaria del Ictus (PASI), que ha sido aprobado por la Sociedad Española de Neurología y que será presentado al Ministerio de Sanidad. El coordinador aseguró que el problema está en las poblaciones pequeñas o alejadas de grandes ciudades que no pueden tener un servicio de neurología las 24 horas. "La idea es crear una red asistencial con criterios organizativos y coordinación de los diferentes niveles asistenciales para mejorar la atención de los pacientes".

Las personas más propensas a sufrir un ictus son las que padecen hipertensión arterial, diabetes mellitus, obesidad abdominal, colesterol alto o tienen hábitos no saludables, como inactividad física, tabaquismo y alcoholismo.

Ejercicios de rehabilitación tras sufrir un ictus.
Ejercicios de rehabilitación tras sufrir un ictus.MANOLO S. URBANO

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