José Carlos Somoza compone un 'thriller' futurista sobre el paraíso en su novela 'Zig Zag'
José Manuel Sánchez Ron anima a los lectores a entrar en la ciencia a través de la literatura
"No soy lector de novelas pero con Zig Zag (Plaza & Janés), de José Carlos Somoza (La Habana, 1959), me lo he pasado muy bien porque la obra ha sido capaz de mantenerme intrigado hasta el final y llegar a sorprenderme. Creo que es una novela de ciencia-fusión y no de ciencia-ficción como podría parecer inicialmente. Este tipo de trabajos literarios permite acercarse a la ciencia de una manera amena y sencilla", dijo ayer el físico, catedrático de Historia de la Ciencia y académico José Manuel Sánchez Ron durante la presentación del libro en Madrid. El científico reconoce que "se ha utilizado la ciencia con cierta fantasía pero los personajes que aparecen en Zig Zag podría identificarlos perfectamente". Los planteamientos científicos que figuran en el libro son resueltos por Somoza a través de procesos y elementos inventados por el autor "como son un acelerador de partículas de pequeño tamaño, que en la vida real necesitaría ser de un tamaño similar al perímetro de la Tierra para que pudiera surtir efecto", puntualiza el escritor.
Somoza califica de "thriller futurista" su nuevo trabajo literario con el que cierra la trilogía que inició con La dama número trece y La caja de marfil. "La primera era el infierno, la segunda el purgatorio y ésta, el paraíso. Me interesaba experimentar con el tiempo, pero no viajar hacia el pasado sino atrapar aquello que hemos vivido o que han vivido nuestros antepasados. El pasado está en el aire y era lo que quería reflejar".
La novela se desarrolla en 2015, año en el que fallece en Milán un prestigioso científico. Elisa, una joven licenciada en física teórica, profesora en una universidad privada, parece especialmente afectada. Sintiéndose vigilada y presa de un estado nervioso, relata a Víctor, su compañero de facultad, la razón de sus miedos. Todo empezó 10 años atrás, cuando un importante investigador llegó a Madrid para dictar un curso sobre su más reciente descubrimiento: la teoría de la secuoya, una teoría sobre la cuarta dimensión, el tiempo, que abre la posibilidad de ver el pasado. Una posibilidad que se basa en la teoría de las cuerdas que aúna las cuatro fuerzas fundamentales: la fuerza gravitacional, la fuerza electromagnética y las fuerzas de interacción fuerte y débil.
El escritor explica por qué considera que esta novela es como el paraíso: "La ciencia para mí es como el paraíso artificial y de ahí que la trama se desarrolle entre científicos. Tenía interés por atrapar, aunque sea a través de las páginas de un libro, aquello que nos ocurre y que queda suspendido en el espacio".
Babelia
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