Los empujones, pequeños detalles

Todo lo que ocurrió sucedió a balón parado. Y todo fue ilegal, aunque ya se sabe que las montoneras en el área están sujetas a criterios bastante aleatorios. Litos marcó, tras un centro envenenado de Antonio López, un gol meritorio, de espaldas a la portería, emparedado entre dos centrales del Athletic. Fue un acto casi heróico de no ser porque el central del Málaga empujó a Lacruz para hacerse un hueco antes de peinar hacia atrás.

Aduriz marcó a placer, tras otro centro envenenado de Yeste, también a balón parado, que Llorente sirvió en bandeja. El asunto es que el delantero riojano también movió lo justo a su marcador para evitar que despejase. Y luego Salva marcó el gol de la victoria después de que Litos, nuevamente, empujara lo justo a Lacruz para abrirle hueco.

Pequeños detalles de un partido sin detalles, austero, en el que los defensas dieron todos los argumentos necesarios a sus entrenadores para que vayan pensando en el futuro. Eso sí, el árbitro acertó en la anulación de un gol al Málaga por agarrón de Salva a... Lacruz.

Al Athletic cada vez que le cruzan un balón se le tambalea el equipo entero y el Málaga lo explotó. Antonio López escarbó con su pie izquierdo todas las carencias de los hombres de negro. Pero el Málaga tampoco puede dar palmas. En el gol del Athletic a Llorente le marcaba... Edgar y a Aduriz... Gerardo. ¿Y los centrales? El Athletic jugó con cinco hasta que se vio perdido. Ni con cinco ni con seis tienen sus males remedio. Es una cuestión de calidad.