Detenidos ocho menores por estafar desde las casas de sus padres a 500 internautas

La policía ha detenido a ocho menores, de entre 15 y 17 años, y a tres jóvenes que han superado la mayoría de edad a los que acusa de haber estafado a 500 personas a través de Internet. Los menores vivían con sus familias y utilizaban el ordenador doméstico para crear páginas web de recargas de móviles, a través de las cuales obtenían los números de las tarjetas de crédito de sus víctimas. Según fuentes de la investigación, los jóvenes, residentes en siete provincias diferentes, no se conocían físicamente. Entablaron contacto a través de la red, al ver que se dedicaban al mismo delito y crearon un canal denominado carders (tarjeteros) para intercambiarse datos de sus objetivos.

La operación ha sido llevada a cabo por la Brigada de Información Tecnológica (BIT) del Cuerpo Nacional de Policía (CNP). Los agentes descubrieron, tras recibir denuncias de estafados, varias páginas web simuladas, en la que se habían introducido formularios cebos (idénticos a los utilizados en conocidos sitios de compra por la red). Los datos de filiación y tarjetas de crédito iban a parar directamente a alguno de los jóvenes. Luego bastaba con dar los datos para hacer compras o para contratar servicios virtuales de pago.

Recargas de móviles

Además, habían creado páginas de recarga de tarjetas de teléfonos móviles, relativamente más baratas que las normales, a las que podía llegarse a través del famoso buscador Google. Introducidos los datos, los jóvenes hacían con ellos lo que querían. No obstante, posiblemente debido a la minoría de edad de la mayoría de los implicados y a que no podían hacer grandes alardes económicos (debido a que vivían en los domicilios paternos), el monto de la estafa no es muy elevado: entre 30.000 y 40.000 euros, según fuentes de la investigación.

La policía ha detenido a los implicados en Alicante, Málaga, Pontevedra (uno en cada provincia), Cádiz, Sevilla, Zaragoza y Girona (dos jóvenes por provincia). Durante los registros han sido incautadas varias bases de datos con los datos de filiación y de las tarjetas de crédito de más de 500 usuarios de la red. La mayoría de ellos ya habían denunciado que habían sido víctimas de una estafa.

Lo curioso es que estos jóvenes no se conocían físicamente entre sí. Supuestamente trabaron contacto a través de chats donde participan "personas con las mismas inquietudes". Al llegar a una mayor coincidencia, se apartaron a un chat-room (salón o canal de conversación privado), a los que sólo puede accederse mediante clave. Los jóvenes utilizaron este canal, al que habían llamado carders (tarjeteros), para intercambiarse experiencias y datos de sus víctimas. Las fuentes consultadas han insistido en que todos pertenecen a familias estructuradas y que sus progenitores ignoraban sus actividades. Uno de los jóvenes detenidos en Andalucía ha recibido, como medida coercitiva, el dar clases de informática en un colegio de su localidad.