Prigioni, el cartero argentino
El base del Tau se consagra al batir el récord de asistencias y ser elegido el mejor jugador del torneo
Hace un tiempo, uno de sus entrenadores le aconsejó a Pablo Prigioni que debía moderar sus ansias por anotar. "Me dijo que podía ser el mejor en la pista sin anotar un punto. Yo tengo que intentar que mis compañeros jueguen bien, recuperar balones y jugar duro. Creo que no me he equivocado y los que me han elegido creo que lo han visto", así se explicaba el base argentino, de 29 años, su elección como jugador más valioso de la Copa (MVP). En la final sólo anotó tres puntos y cerró su promedio en los tres partidos con seis puntos.
No importa que el turco Erdogan o su compatriota Scola sumaran más puntos, los periodistas que eligieron al mejor jugador se quedaron prendados del liderazgo que ejerció Prigioni, de la maravillosa manera en que movió a su equipo. Su altruismo, unido a su certera visión del juego le sirvió para batir histórico de asistencias en la fase final, al conseguir 15 y destrozar en consecuencia la marca de Michael Anderson y Pablo Laso, que habían logrado 11.
La noche fue memorable para Prigioni. Se trataba de la prueba de fuego, de conocer definitivamente si era capaz de suceder con todas las de la ley a su hasta hace pocos meses compañero José Manuel Calderón. Prigioni superó la prueba con creces. Era uno de los últimos escalones de una carrera esculpida con mucho esfuerzo e incluso con algún paso atrás, como elque se decidió a dar cuando fichó por el Etosa cuando el equipo alicantino no estaba en la ACB. "Con el tiempo me he dado cuenta de que fue un acierto fichar por un equipo de la Liga LEB porque conseguimos el ascenso y tuve minutos de juego para mejorar mi estilo de juego". Antes jugó en el Fuenlabrada. Fueron años difíciles los primeros que pasó en España después de haber sido fichado del Obras Sanitarias argentino porque apenas jugaba y le costó adaptarse a los arbitrajes y al estilo de vida.
Sin embargo, ha superado todos los obstáculos y esta temporada se ha consolidado como uno de los mejores bases de cuantos juegan en España. No le ha faltado tampoco algún contratiempo como el castigo que recibió, quedarse sin jugar en el Fórum por abandonar la concentración del equipo sin permiso para ver a su hija recién nacida, Alexandra. En la Copa ha ratificado que es uno de los puntales del Tau. Ya es líder de la Liga ACB en recuperaciones y asistencias y ya no es descabellado pensar que puede tener un hueco en la selección argentina.
Después de subirse a una de las canastas para cortar la red y quedársela como trofeo, Prigioni reconoció que en algunos momentos pensaron en la final de la pasada Liga perdida en el último minuto cuando el Real Madrid remontó como ayer estuvo a punto de hacerlo el Pamesa. "Teníamos muy malos recuerdos y lo hablábamos constantemente, estando preparados para una remontada del Pamesa. La ventaja del inicio fue decisiva para aguantar ese arreón y llegar al final por delante. Scola se ha puesto contento y me ha felicitado. Está más allá de eso. Teníamos un cuchillo clavado de la última final. Era algo que esperábamos y que le debíamos a la afición", dijo Prigioni.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.