El Sevilla cubre el expediente
Los de Juande Ramos superaron con suma facilidad al Lokomotiv en un partido soso
El Sevilla se clasificó ayer para octavos de final de la Copa de la UEFA -donde se enfrentará al Lille francé- a ritmo de entrenamiento. La diferencia del calendario ruso con el del resto de los países europeos tiene estas cosas. Sus equipos son temibles en las primeras rondas de las competiciones europeas, pero tras las Navidades, ellos no han empezado la competición liguera aún, le alegran el día a cualquiera. Es probable que el Lokomotiv sea un equipo igual o superior al Sevilla, pero en estos momentos se nota que están de stage. En Marbella, además.
El comienzo del partido fue desabrido, sin ritmo, casi parecía que sin ganas. Es verdad que el Sevilla se vio tan superior sobre el patatal de Moscú en la ida que prefería dedicarse a paladear la bonanza de resultados y de moral que vive en estos momentos. Pero tampoco se puede negar que el exiguo 0-1 de la ida no era para tanto.
SEVILLA 2 - LOKOMOTIV 0
Sevilla: Notario; Alves, Javi Navarro (Aitor Ocio, m. 79), Dragutinovic, David; Jesús Navas, Jordi, Maresca, Puerta; Saviola (Adriano, m. 46) y Luis Fabiano (Kepa, m. 70).
Lokomotiv: Poliakov; Gurenko, Asatiani, Pashinin, Spahic; Bikey; Samedov (Parks, m. 68), Mamivov, Loskov, Bilyaletdinov (Izmailov, m. 61), ; y Levedenko.
Goles: 1-0. M. 32. Maresca, gana la espalda a los defensores gracias a un pase de Jordi y bate a Poliakov con un disparo a media altura. 2-0. M. 89. Puerta, de cabeza.
Árbitro: Alain Sars (Francia). Amonestó a Kepa y Bikey.
Unos 25.000 espectadores en el Sánchez Pizjuán. El Sevilla se clasifica para octavos de la Copa de la UEFA, donde se enfrentará al Lille.
El equipo moscovita saltó a campo con un dibujo de pivote y delantero único. Orden no se les puede negar. Con un poquito de oficio les bastó para anular las intentonas sevillistas. La verdad es que no fueron muchas, algunas parecieron llegar porque no les quedaba más remedio, por la lógica pendular del juego.
El Sevilla se sabía superior y, para desgracia de los espectadores que tiritaban en las gradas de Nervión, actuó como tal. Tan sólo Luis Fabiano, el Sísifo del fútbol, un jugador condenado a reivindicarse en cada partido, buscaba huecos y pedía la pelota a gritos. La verdad es que a veces, lo suyo parece una condena o un mal de ojo.
Pero la razón de que el equipo careciera de dinamismo estaba en la media. Sin el infatigable Martí a su lado, Maresca decidió trabajar a media jornada. Y lo hizo bien. Es cierto que no le dio velocidad ni ritmo a la pelota, pero su calidad le sirvió para abrir el marcador. Cuando a los rusos se pusieron frívolos y decidieron adelantar la defensa, el italiano les encontró la espalda gracias a un buen pase elevado de Jordi, controló regular, rectificó fenomenalmente, giró sobre sí mismo y chutó a media altura hasta la red. A la media hora ya se había acabado la eliminatoria. Por si había dudas, Puerta marcó un segundo gol, de cabeza, a un minuto de final.
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