"No podemos controlar nuestras fronteras, necesitamos ayuda"

Sidi Mohamed Uld Bubakar, de 48 años, primer ministro de Mauritania, admite que las salidas masivas de barcas cargadas de inmigrantes desde su país hacia las islas Canarias han cogido por sorpresa a su Gobierno. En una entrevista concedida a EL PAÍS el martes en su despacho oficial de Nuakchot, asegura que el Estado mauritano es incapaz de controlar la presión creciente que ejercen los extranjeros y reclama la ayuda de la Unión Europea y en especial de España, para abordar el problema.

Pregunta. ¿Les han cogido por sorpresa las salidas de barcas hacia Canarias?

Respuesta. Estamos muy sorprendidos. La inmigración clandestina existía en Mauritania desde hace tiempo, pero hasta hace sólo unos meses el Gobierno tenía medios suficientes para luchar contra ella. Pero el ritmo tan intenso de las últimas semanas no entraba en nuestros cálculos. Lo de los últimos meses era inimaginable. En 2005 detuvimos a 3.900 inmigrantes clandestinos cuando se disponían a embarcar hacia Canarias, y sólo en los dos primeros meses de este año hemos detenido a 1.200. Un país no puede enfrentarse solo a un fenómeno así. Son necesarias la coordinación y la cooperación regional e internacional. La semana pasada, el Gobierno adoptó medidas de control de fronteras. Y ha decidido construir centros para internar a los inmigrantes clandestinos antes de devolverlos a sus países de origen. Hemos creado en Nuadibú una comisión mixta de los departamentos implicados en el control de la inmigración.

"La avalancha nos ha cogido por sorpresa. El ritmo tan intenso de las últimas semanas no entraba en nuestros cálculos, era inimaginable"

P. La salida masiva desde Mauritania comenzó justo tras las expulsiones de inmigrantes desde Marruecos y los trágicos sucesos de Ceuta y Melilla. ¿Cree que están relacionados esos hechos?

R. Observe que la inmigración clandestina tiene dos fuentes. La primera viene del Este, y pasa por el norte de Mauritania. Así era antes. La segunda viene de las costas del sur del África Occidental subsahariana y hace escala en Nuadibú para avituallarse y seguir hacia Canarias. Su viaje es muy peligroso.

P. Las fronteras de Mauritania por el Este son inmensas. ¿Cómo podrían controlarlas?

R. Es muy difícil, porque los inmigrantes pueden atravesarlas por cualquier punto. Por ahí entran muchos inmigrantes africanos y asiáticos. De los 3.900 detenidos en 2005, 397 eran asiáticos.

P. ¿Se controla mejor la costa?

R. Sí. Pero observamos que la inmigración es muy fuerte en el mar. Cada vez más inmigrantes piden socorro; las autoridades marítimas tienen que buscarlos, y eso supone un coste muy importante.

P. ¿Cuántos barcos vigilan los 750 kilómetros de costa?

R. Nuestros medios son escasos. Hasta hace poco estaban dedicados al control de la pesca. Ahora están volcados en la inmigración. No tenemos medios, pero nuestro personal trabaja mucho.

P. Mauritania era hasta hace poco un país de tránsito de inmigrantes, pero ahora ha acumulado una gran bolsa de extranjeros en situación ilegal. Algunas estimaciones hablan de medio millón de aspirantes a salir hacia Europa.

R. Es cierto. La presión es muy fuerte. El Estado trabaja para desarticular las redes que suministran la logística y la información a los inmigrantes clandestinos. Pero no podemos hacerlo solos. No podemos controlar las fronteras terrestres y marítimas, que como usted sabe son muy largas. No podemos resistir esta presión creciente. Necesitamos ayuda.

P. ¿Les han ofrecido ayuda España y la Unión Europea?

R. Mantenemos excelentes relaciones con España. Hay contactos y negociaciones que esperamos cristalicen en ayuda, pero no hemos alcanzado acuerdos concretos. Insisto, el Estado mauritano no puede controlar solo toda esa presión. Es necesario movilizar a la comunidad internacional. De la UE y sobre todo de España, por su proximidad a Mauritania.

P. ¿Qué ayuda precisan?

R. Necesitamos ayuda logística para controlar nuestras fronteras. Precisamos todos los medios posibles: barcos, coches, aviones...

P. Hay informaciones que apuntan a que algunos traficantes pueden estar dirigiendo las salidas de las embarcaciones desde el sur del Sáhara Occidental.

R. El origen del tráfico de personas está en el sur y en el este del África Occidental subsahariana. Los traficantes residen en esa zona, y no sólo comercian con inmigrantes clandestinos; también con tabaco y todo tipo de mercancías.

P. ¿Es previsible que a medida que Mauritania controle sus fronteras las salidas de inmigrantes a Canarias se desplacen a Senegal?

R. Mauritania es un punto muy importante de tránsito porque está muy próximo a Canarias. Esa proximidad permite que los inmigrantes clandestinos zarpen desde Nuadibú. Si conseguimos reducir la presión aquí, es previsible que se traslade hacia el Sur, pero será menor que ahora.