Nadal, imparable

Fiable por naturaleza, Rafael Nadal, segundo cabeza de serie, volvió a derrotar al francés Sebastien Grosjean, por 6-4 y 6-2, y alcanzó los cuartos de final del torneo de Indian Wells, primer Masters Series de la temporada. El tenista español, que ya se había impuesto al francés en las dos ocasiones anteriores, empleó una hora y 23 minutos para cerrar un partido complicado por el tenis engorroso del galo.

Nadal, con un juego agresivo, profundo y certero, comenzó la manga con autoridad para desdibujar a Grosjean, que trataba de entrar en el partido con golpes liftados. Pero su tenis es más franco y directo. Así, Nadal alcanzó un expresivo 5-2 inicial a su favor. Hasta que se torció el tobillo. No escuchó un chasquido, pero sí sentía un dolor leve cada vez que apoyaba el pie. Entonces, solicitó los tres minutos pertinentes para que entrara el médico y le vendara el tobillo. Fijada la articulación, Nadal se olvidó del dolor pero perdió los dos juegos siguientes. Con el 5-4, un último arreón del manacorí zanjó el primer set.

Contrariado por el revés sufrido, Grosjean retomó el partido con la intención de recuperar la desventaja. Se anotó los dos primeros juegos con un tenis sólido y preciosista que pareció hacer tambalear la determinación de Nadal. Pero el francés es el jugador arquetipo de tierra batida. Sus golpes desde el fondo de la pista son incisivos y bastante variados. Posee un drive sólido y un revés a dos manos tan bonito como resultón. Pero no destaca por tener un saque demoledor ni una volea precisa. No es que Nadal sea imparable en esos dos aspectos, pero su potencia, mentalidad ganadora y tesón le colocan en la élite de este deporte. De ahí que el tenista español no se derrumbara ante el acoso de Grosjean, que, incomprensiblemente, bajó los brazos cuando mejor estaba. Los seis juegos siguientes se los adjudicó Nadal. Juego, set y partido.

Atrás quedan las sucesivas lesiones en el tobillo y en las rodillas, que le dejaron más de tres meses y medio inactivo. Encontrar unas plantillas y fortalecer las zonas afectadas parecen dar ahora los frutos deseados para el manacorí. "He tenido un regreso increíble", admitió Nadal después del partido. Y añadió: "Desde mi regreso he jugado una semifinal [Marsella], una final [Dubai] y ahora estoy en cuartos".

El próximo rival de Nadal será el chipriota Marcos Baghdatis, la sensación del anterior Open de Australia, donde cayó en la final ante el suizo Roger Federer -que también está en cuartos de final de este torneo al eliminar ayer al francés Richard Gasquet- . "El partido contra Baghdatis será complicado, pero tengo una motivación especial al tratarse de uno de los mejores jugadores del momento", reconoció Nadal, que no ha cedido una sola manga en el torneo. Preocupaba, sin embargo, su tobillo. "Los médicos y mi fisioterapeuta son optimistas porque piensan que estaré en condiciones de acabar el torneo". Como precaución, se ha retirado del campeonato de dobles. La sorpresa del día la dio Igor Andreev, que derrocó y desquició al norteamericano Andy Roddick, que acabó por romper una raqueta en uno de sus enfados.