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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

La caja de Bush

Su embajador en Irak, Zalmay Khalilzad, ha afirmado, con pesimismo, que se ha abierto una caja de Pandora en el país invadido por Estados Unidos hace tres años, y que la violencia sectaria puede degenerar en una guerra civil abierta. Pero el presidente Bush, el mismo que el 1 de mayo de 2003 proclamaba "misión cumplida", no sólo no se arrepiente, sino que acaba de afirmar que la decisión de retirar las tropas americanas de suelo iraquí le corresponderá tomarla a "sus sucesores", es decir, en el mejor de los casos, no antes de 2009. Bush nunca ha querido poner plazo a la presencia militar americana en Irak, pero con esta afirmación refleja su grado de irresponsabilidad.

Pese a que los iraquíes acudieron en masa a las urnas el pasado 30 de enero, Irak carece aún de un Gobierno digno de tal nombre. Tampoco hay perspectivas de que lo haya, pues las diferencias entre chiíes, suníes y kurdos se han ahondado, en vez de cerrarse. La Administración americana ha afirmado públicamente que ha abierto un diálogo con Irán -país que ha emprendido un preocupante programa nuclear- para lograr así estabilizar Irak. Es de esperar que no sea tarde, aunque es probable que sí, pues resulta meridianamente claro que Irak ha dejado de ser no ya un Estado, sino una nación.

La insurgencia, tanto de suníes iraquíes como de terroristas extranjeros, lejos de retroceder, crece tan rápidamente como una policía y unas fuerzas armadas autóctonas, que se hallan infiltradas por las milicias de todo tipo que hay en Irak. La pésima gestión de los servicios por parte de los ocupantes ha creado un caldo de cultivo que propicia a las actitudes hostiles: tres años después de la invasión, los iraquíes disponen de menos de la mitad de horas de electricidad que antes y la producción de petróleo no se ha recuperado.

Los atentados suicidas pueden haber disminuido, pero ayer mismo se produjo otro, contra una central de la policía en Bagdad, con 25 muertos. El hecho de que las fuerzas americanas lograran liberar ayer a tres rehenes occidentales no desmiente para nada que la situación se deteriora día a día. En medio de este inmenso caos, que puede extenderse a todo Oriente Próximo, tal como alertó el rey Abdalá de Jordania, Washington no ofrece ninguna estrategia. El actual inquilino de la Casa Blanca parece haber arrojado la toalla al indicar que será su sucesor quien salga del atolladero y saque las tropas del país árabe.

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