Un rayo láser entra en el museo
Un grupo de 19 científicos, conservadores y restauradores analizará las pinturas del Bellas Artes de Sevilla mediante técnicas nucleares
Hasta ahora, estudiar en profundidad una pintura ha supuesto siempre renunciar a una pequeña parte del lienzo. Es decir, que cada vez que se analizaban los pigmentos, las capas que componían una obra, había que hacerlo destruyendo un fragmento, aunque este fuera milimétrico. Este análisis, imprescindible para salir de dudas ante una autoría dudosa, detectar si se trataba de una falsificación o datar la obra, es ya posible sin que el lienzo sufra el menor rasguño.
Un equipo multidisciplinar, integrado por 19 personas, que dirige el sevillano Miguel Ángel Respaldiza, fundador y director, hasta el pasado año, del Centro Nacional de Aceleradores (CNA) de Sevilla, empezará a aplicarlo en obras maestras del Museo de Bellas Artes de Sevilla a partir del mes próximo y lo desarrollará durante tres años.
El físico Miguel Ángel Respaldiza, actualmente asesor científico del CNA, un organismo que depende del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la Junta y la Universidad de Sevilla, encabeza este innovador proyecto que tiene un presupuesto de 156.000 euros.
Caracterización de la colección del Museo de Bellas de Artes de Sevilla mediante técnicas no destructivas de análisis es uno de los proyectos de excelencia aprobados por la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa. Se trata de estudiar las obras in situ gracias a equipos portátiles que utilizan las técnicas de flourescencia de rayos X (XRF), que permite analizar los elementos inorgánicos de los pigmentos, y espectroscopia Raman, que mediante rayos láser analiza los orgánicos, como aglutinantes y colorantes.
"Nuestro grupo investigador ha sido pionero en España con la instalación del primer acelerador de partículas para la investigación en el uso de las técnicas nucleares no destructivas, con el que hemos analizado obras de arte de distinta naturaleza como metales, cerámicas, pigmentos o vidrios. También contamos con diversos equipos portátiles de XRF y con un segundo acelerador que permite fechar las muestras mediante la prueba del carbono 14", explica Respaldiza, de 46 años, profesor de Física Atómica, Molecular y Nuclear en la Universidad de Sevilla y responsable del grupo de Caracterización de materiales mediante haces de iones, desde su creación hace una década.
Estas revolucionarias técnicas en España sólo se aplican también en el Museo del Prado, gracias a un proyecto de colaboración de la pinacoteca madrileña con la Universidad Autónoma. "Antes de poner en marcha este proyecto, hemos realizado unos trabajos previos a finales del pasado año en los que ha participado una experta eslovena, Anabel Kriznar, quien se sumará también al proyecto", explica Respaldiza, quien ya aplicó estas técnicas al Tesoro del Carambolo (Museo Arqueológico de Sevilla) para conocer los métodos paleometarlúrgicos en época tartésica, hace unos 3.000 años.
"Las nuevas aplicaciones nos permitirán conocer cómo el artista dispuso los pigmentos y qué materiales usó; una información imprescindible para saber si nos encontramos ante una obra original o una copia", comenta Ignacio Cano, director del Bellas Artes y parte del equipo de investigación.
"Si en un lienzo del siglo XVII aparece un pigmento anacrónico, que sólo se conoce a partir del XIX, podemos asegurar que la obra es falsa. Ya ha ocurrido en un museo de Helsinki, dónde se descubrió que un óleo atribuído a Rembrandt era falso porque apareció blanco de titanio", aclara Valme Muñoz, conservadora del museo. "La ventaja es que podemos estudiar todos los puntos del lienzo que se estimen necesarios, porque no destruye nada. Sólo trasladaremos al Centro Nacional de Aceleradores las obras que necesiten los haces de iones, algo que sólo podemos hacer en el acelerador", aclara Respaldiza.
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