El reino de los murciélagos
Exploración de la mina La Jayona, al sureste de Badajoz
Misterio es la palabra que define a La Jayona, una mina de hierro olvidada durante años en medio de la sierra del mismo nombre, en el sureste de la provincia de Badajoz. En 1921 se cerró, y el olvido y la soledad devolvieron a la naturaleza este paraje, hasta que en 1997 se declaró monumento natural con el objetivo de preservarlo. En el exterior, el paisaje está marcado por las escombreras, donde se pueden buscar curiosos minerales, polvorines, lavaderos, cargaderos y muros de carga que ciñen las ruinas de las instalaciones mineras. Y el interior es un auténtico laberinto, con un gran hueco central de paredes verticales, alrededor del cual se comunican pasadizos y galerías. La mina tiene 11 niveles o andenes, y para la visita se han acondicionado tres.
Cada túnel abre una expectativa. Las zonas más umbrosas están pobladas de helechos; en los alrededores del pozo de agua de la zona central abundan las higueras y zarzamoras, y la retama amenaza con colonizarlo todo. La fauna no se queda atrás: el vecino más famoso es el murciélago, que tiene su mayor colonia en la cueva de los Muñecos. Conviene ir en silencio cuando el guía los va descubriendo con la linterna, para no interrumpir su descanso.
Rabilargos y zorzales
Las aves forman una comunidad en expansión en este entorno privilegiado. Aquí han logrado nidificar el búho real y la cigüeña negra, disputando terreno a azores, mirlos, jilgueros, herrerillos, rabilargos y zorzales. Entre la fauna destaca el tritón ibérico, todo tipo de lagartijas, galápagos, salamanquesas y culebras, ratones de campo, liebres, tejones, topos, gato montés, comadrejas y garduñas. En esta clase práctica, condensada en unas dos horas, la geología merece una mención especial. Se pueden conocer los distintos minerales del lugar, muy atractivos por su diversidad, colorido y formas, como hierro, oligisto, hematites, cobre, plomo, los cristales de diferentes minerales cálcicos. Es el momento de ver la falla que recorre transversalmente la mina, los diferentes plegamientos y estructuras de las rocas, o disfrutar del silencio de la espectacular sala de las columnas con sus juegos de luces y sombras.
Quien quiera completar la excursión puede seguir un sendero que lleva a lo alto de la sierra de la Jayona, con impresionantes vistas, hasta llegar a la ermita de la Virgen de Ara, de 1494.
GUÍA PRÁCTICA
La visita
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