Esperando el mapa de titulaciones
El Gobierno presentó hace unas semanas el borrador de la reforma de la Ley Orgánica de Universidades (LOU), lo que tuvo un efecto balsámico en los rectores, que lamentaban el ritmo lento al que había trabajado el anterior equipo ministerial, volcado en la elaboración de la Ley Orgánica de Educación. A la espera de que la LOU sea aprobada, otra incertidumbre sobrevuela las universidades; el nuevo catálogo de títulos. Cuáles permanecerán tras la reorganización de las carreras, que pasarán a llamarse todas grados en lugar de licenciaturas, diplomaturas, técnicas...
Los primeros borradores provocaron las protestas de algunas carreras que aparecían subsumidas en otras. La reforma, sin embargo, es acariciada en ciertas áreas de conocimiento. El ejemplo más claro es el de las filologías, cuyo nuevo título de grado abarcará probablemente más de un idioma. Muchos decanos confían en que ello mejore su atractivo. Parecen necesitarlo: En Alicante, Filología Francesa tuvo ocho solicitudes en junio de 2005 y se matricularon 13 alumnos; Filología Catalana, tuvo siete solicitudes y 17 matrículas.
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