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Crítica:TEATRO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Jardiel, con lo justo

Javier Vallejo

Mesas al aire libre, algo de picar y de beber y una comedia ligera. Esta fórmula está en los genes de Los Veranos de La Villa. Cuando el festival nació, el escenario se levantaba en Las Vistillas; luego, fue trasladado a la plaza Mayor, a los jardines de la muralla árabe y, finalmente, a los del teatro Galileo, donde se acaba de estrenar Cuatro corazones con freno y marcha atrás, de Jardiel. Manuel Canseco, su director, sirve la comedia tras un entremés musical: estira el espectáculo hasta las tres horas de duración, con tres descansos. Lo hace entretenido, sin más.

El primer acto es un vodevil con intriga, desvelada entre portazo y portazo: el doctor Bremón ha descubierto secretamente el elixir de la inmortalidad y se dispone a tomarlo junto a tres amigos y un intruso. Pasados 60 años, los inmortales se aburren. La vida eterna es soporífera y está llena de inconvenientes.

Cuatro corazones con freno y marcha atrás

De Enrique Jardiel Poncela. Con Mariano Venancio, Francisco Vidal, Paloma Paso Jardiel, Ricardo Luna, Antonia Paso, etc.Vestuario: Lorenzo Collado. Dirección musical: Miguel Tubía. Dirección: Manuel Canseco. Jardines del Galileo. Madrid, hasta el 27 de agosto.

En el último acto, el mejor, Jardiel presenta un mundo al revés. Los protagonistas, cada vez más jóvenes, se entregan a la vida disipada, y sus ancianos hijos se ven obligados a controlarles: "Papá y mamá sólo piensan en coches y en salir de fiesta".

Jardiel escribió esta comedia en 1936, al borde de la Guerra Civil. Detalló la escenografía, la mecánica de entradas y salidas. Manuel Canseco la sirve en un escenario central vacío y en una pasarela, sus actores miman los portazos y el resto se deja a la imaginación: el público de hoy se hace cargo. El humor jardielesco está muy masticado, pero llega cuando el actor tiene gracia. Paloma Paso Jardiel domina el lenguaje de su abuelo, lo ajusta, lo viste. También dan el tono la joven Silvia Fioole y los veteranos de la compañía.

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Sobre la firma

Javier Vallejo
Crítico teatral de EL PAÍS. Escribió sobre artes escénicas en Tentaciones y EP3. Antes fue redactor de 'El Independiente' y 'El Público', donde ejerció la crítica teatral. Es licenciado en Psicología, en Interpretación por la RESAD y premio Paco Rabal de Periodismo Cultural. Ha comisariado para La Casa Encendida el ciclo ‘Mujeres a Pie de Guerra’.

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