"Yo lo que quiero es irme a la playa"
Pereiro, cansado por lo ocurrido, dice que se siente ganador del Tour "en un 99%" y se lamenta porque "la foto de París era impagable"
Óscar Pereiro hubiese sido ayer más feliz si le permitiesen olvidarse de los laboratorios antidopaje, de la UCI y de las noticias que se esperaban de París. Si hubiese podido coger a su mujer y a su niño de nueve meses y perderse en alguna cala recóndita, Pereiro habría disfrutado más que de la confirmación del positivo por testosterona de Floyd Landis, último ganador del Tour. Lo lleva planeando desde hace días: "Galicia es muy bonita y la costa tiene muchos rincones. Yo sé bien donde camuflarme para que nadie me encuentre. Y sólo quiero estar dos días en la playa con mi familia".
Horas antes de que se produjese lo que todo el ciclismo, incluido él, daba por hecho, la corroboración de que Landis se suministró testosterona irregularmente, el virtual ganador del Tour sólo pensaba en la playa y en restar trascendencia al momento: "Hoy es un día igual que ayer. No me sentiré ganador hasta que el Tour o quién sea me mande un fax a casa para comunicármelo. Y eso va para largo, por lo menos dos meses".
Ha hecho un anuncio en el que dice: "En la carretera lo importante no es llegar primero"
A Pereiro le hubiese gustado que todo el mundo se lo tomara como él y le diesen un respiro. Pero desde ayer ya se le ve como el quinto español que gana el Tour. El aluvión que se le venía encima le forzó a convocar a la prensa en un hotel de Vigo. Y tuvo que aplazar, un día más, la escapada a la playa: "Estoy descubriendo el precio de la fama. Es algo que intimida bastante y que te quita libertad. Yo no esperaba este revuelo tan grande". El pasado jueves cumplió 29 años y dice que hasta lo celebró poco. "Estoy muy cansado", lamenta. "Tengo la sensación de que estoy perdiendo el tiempo que debería dedicar a mi familia. Y dentro de 20 días me voy a la Vuelta".
Desde que volvió de París, ha participado en marchas de homenaje, ha pronunciado un pregón y ha grabado un anuncio, por encargo de la Xunta de Galicia, para una campaña de prevención de los accidentes de tráfico con un eslogan que deja un cierto poso de ironía, tal vez involuntaria: En la carretera lo importante no es llegar primero. Con esas palabras cierra el anuncio el corredor, a quien la confirmación del positivo de Landis hizo cambiar de opinión. Mientras el sábado aseguraba que hasta que llegara el fax con la proclamación de su triunfo se consideraría segundo, ayer los hechos le llevaron a proclamar: "En un 99%, me siento ganador del Tour".
Pereiro se fue a Francia hace cinco semanas como un tipo normal al que nadie molestaba por la calle. Volvió a casa convertido en un icono que ya se cotiza. "Me han propuesto desde ser la imagen de un banco hasta anunciar coches", revela. De las entrevistas ya ha perdido la cuenta: "No sé si habré dado 200. Me han llamado hasta del Washington Post. Y en el 90% de los casos, me preguntan por el dopaje. Me fastidia, porque yo he sido segundo en el Tour y eso es lo que tengo que vender. Yo no he tenido ningún problema, he pasado todos los controles y no sé a qué viene tanta insistencia, siempre con lo mismo ...".
En los últimos años, según se sucedían los escándalos por dopaje, más de una vez Pereiro se encontró algún paisano que le veía pasar por la carretera y le gritaba: "!Drogadicto!". "Antes de que ocurriera todo esto, lo tuve que escuchar alguna vez", sonríe. "Ahora todo son buenas palabras. Me cruzo con muchos coches que me reconocen y tocan la bocina, me dan gritos de ánimo o incluso se paran a hacerse fotos conmigo".
Ya ha desistido de llamar a Landis, porque el móvil del norteamericano sigue apagado. "Es lógico", comenta. "El dopaje hay que sancionarlo. Como si me pasa a mí mañana. Ahora bien, me gustaría que esto no hubiese sucedido. Estábamos recuperando la ilusión de la gente y ha sido un paso atrás".
Tras hablar ayer con él, un amigo muy próximo reconocía: "Claro que Óscar hubiese preferido ganar de otra manera. Pero dentro de 20 años lo que quedará es que él fue el vencedor del Tour de 2006". Pereiro admite que él no se creía capaz de ganar el Tour si no hubiesen causado baja los principales favoritos. Es más, dice asumir que su rol en el equipo Caisse d''Epargne no debe variar: "Trataré de estar al 100% en el Tour de 2007 para ayudar a Valverde".
El Caisse d'Epargne prepara una reclamación al Tour para que investigue cuándo se conoció el primer positivo de Landis. En el equipo sospechan que fue antes de concluida la carrera, lo que condenó a Pereiro a ganar el Tour de forma extraña, sin el domingo de gloria en los Campos Elíseos. "La foto de París es impagable", se lamentaba ayer el corredor; "ese podía haber sido el día más bonito de mi vida subido en una bicicleta". No dudó en asegurar que lo ocurrido "ensucia algo más la imagen del ciclismo", pero hizo una reflexión: "En el Tour ha habido hasta 400 controles, con la mala suerte de que el ganador ha dado el único positivo". "Estoy orgulloso porque nadie me ha regalado nada y todo lo he ganado en la carretera", sentenció el virtual ganador del Tour, que lo es desde ayer, desde un sábado frenético que él hubiera preferido pasar con los suyos en la playa.
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