La policía libera en Sevilla a una niña obligada a prostituirse

Una investigación policial sobre tres prostíbulos de Coria del Río (Sevilla) permitió descubrir esta semana que una niña de 12 años de nacionalidad rumana estaba siendo retenida y obligada a prostituirse. La operación policial, aún abierta, llevó a la detención de cuatro responsables de los clubes y de ocho mujeres inmigrantes indocumentadas. La desaparición de la menor había sido denunciada por su madre hace un mes.

La fiscalía ordenó el internamiento inmediato de la niña en un centro de acogida, mientras que los cuatro responsables de los prostíbulos pasaron a disposición judicial. Según un comunicado del Cuerpo Nacional de Policía, se les acusa de delitos contra los derechos de los trabajadores, contra los derechos de los ciudadanos extranjeros y prostitución. A dos de ellos se les achaca también un delito de prostitución de menores.

En cuanto a las inmigrantes indocumentadas, dos han sido ya devueltas a sus países de origen y a las otras seis se les ha abierto expedientes de expulsión, aunque la policía de Coria del Río declinó ayer aclarar cuál era su situación.

La operación se puso en marcha este mes cuando la policía tuvo conocimiento de que una menor podía estar ejerciendo la prostitución en la provincia de Sevilla. Las investigaciones llevaron a montar un dispositivo de vigilancia sobre tres clubes de Coria del Río, que fueron finalmente registrados por agentes de la Brigada Provincial de Extranjería de Sevilla y de la comisaría de Coria del Río. La policía comprobó entonces la verdadera identidad de las mujeres prostituidas, verificándose que ocho carecían de documentación de residencia y que uno de los pasaportes presentaba "discretas alteraciones" en los apartados referidos a los apellidos y la edad, según la nota policial.

El pasaporte que incautó la policía, "posiblemente manipulado", en el que su portadora figuraba como mayor de 18 años, facilitó la identificación de la que resultó ser la menor buscada. La niña fue trasladada a dependencias policiales y luego al centro de menores. La identificación también permitió saber que se trataba de una menor que estaba en paradero desconocido desde mediados de julio, fecha en que su madre había denunciado su posible fuga ante efectivos de la Guardia Civil.