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Reportaje:

Viaje al interior de la sierra

La Comunidad de Madrid abrirá al público una vieja mina de plata en Bustarviejo que data del siglo XV

Esther Sánchez

La antigua mina de plata de Bustarviejo, que data de 1417, volverá a abrir sus 500 metros de galerías, cerradas a cal y canto desde 1920, en aproximadamente un año. Pero de las entrañas de la explotación ya no saldrá ni un gramo de plata: los mineros de antaño arrancaron hasta la última gota del preciado metal. Los trabajadores serán sustituidos ahora por turistas interesados en conocer los secretos que esconde el interior de la mina más grande de la sierra. Además, el Gobierno regional construirá en el paraje un centro geológico y minero.

"La gente encuentra fascinante la visita a una mina. Entienden que no es una cueva y que detrás de la extracción se encuentra el esfuerzo de hombres que trabajaron muy duro. A los niños les encanta", explica Luis Jordá, ingeniero de minas encargado de la recuperación de la explotación.

La mina del Indiano es la mayor del centenar que existen en el norte de Madrid

En opinión del alcalde de Bustarviejo, el independiente Julio de Mateo García, la iniciativa atraerá a personas interesadas en el turismo activo. "No pensamos en grandes masas de personas, sino en grupos pequeños. Hay que tener en cuenta que el acceso se hará a pie o a caballo", avanza.

La mina, llamada del Indiano, es la mayor de las 100 que existen en la sierra de Madrid. Sus galerías se extienden en seis niveles. El inferior se encuentra a una profundidad de 60 metros. El yacimiento se descubrió en 1417, cuando el rey Juan II de Castilla encargó una campaña para identificar minerales en la zona comprendida entre la sierra de Guadarrama y la sierra de Ayllón. "Algún trabajador debió observar una veta y así empezó todo. Los mineros abrieron las galerías picando a mano e iluminados por candiles de aceite", relata Jordá.

De su interior se extrajo plata mezclada con arsénico sobre todo durante su época de esplendor en los siglos XVII, XVIII y XIX. Entonces horadaban la tierra unas 30 personas, con el material que extraían se fabricaban lingotes de plata que adquiría la Casa de la Moneda. En 1970 se intentó volver a poner en marcha, pero estaba agotada. Se declaró Bien de Interés Cultural en 1983.

El yacimiento ocupa un paraje conocido como la Cuesta de la Plata. Hasta allí llega un camino en muy mal estado que parte de la carretera que une Miraflores con Bustarviejo. Los únicos indicios que se aprecian son las ruinas de una torre (antiguo molino para triturar el metal) construida en 1660; una puerta en la montaña y algunas escombreras. Unas pistas insuficientes para detectar que allí existe una mina, a no ser que se conozca su existencia.

Tras su restauración los interesados podrán acceder a las galerías, que se ensancharán para permitir el paso. Éstas desembocan en grandes salas con bóvedas de 10 metros de altura y cuatro metros de ancho, en las que se puede apreciar alguna estalactita solitaria.

El consejero de Presidencia, Francisco Granados, anunció ayer que el recorrido de la mina se complementará con un centro de Interpretación Geológico y Minero.

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Sobre la firma

Esther Sánchez
Forma parte del equipo de Clima y Medio Ambiente y con anterioridad del suplemento Tierra. Está especializada en biodiversidad con especial preocupación por los conflictos que afectan a la naturaleza y al desarrollo sostenible. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense y ha ejercido gran parte de su carrera profesional en EL PAÍS.

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