"Los políticos no se han enterado de que hay móviles e Internet"
El pasado enero Rickard Falkvinge, de 34 años, dijo basta. La aprobación, unos meses antes, por el Gobierno sueco de una ley prohibiendo el intercambio de archivos en Internet sin pagar derechos de autor había colmado su paciencia. Ni corto ni perezoso se lanzó a una cruzada para "abolir la propiedad intelectual" y que no sea delito el descargarse de la Red música, películas o juegos gratis. Para ello fundó su propio movimiento, el Partido Pirata, y naturalmente lo hizo en su web. En menos de 24 horas ya había reunido las 1.500 firmas necesarias para participar en las elecciones del próximo domingo.
"Hemos tenido un éxito tremendo. Ya hay 15 países en Europa que se han unido a la iniciativa o que están en ello. El partido tiene al día de hoy 9.000 miembros, más que Los Verdes que sólo tienen 7.200 y están en el Parlamento", asegura Falkvinge, que está convencido de que sus opciones de lograr un escaño son reales. "Cuando empezamos, según todos los estudios, se decía que había más de un millón de suecos en edad de votar que habitualmente se intercambian archivos de Internet. Sólo necesitamos que nos vote un 20% de esa gente para entrar en el Parlamento". La ley electoral sueca exige un 4% de los votos, en torno a los 225.000, para obtener representación en la Cámara.
De momento, los sondeos de opinión no apoyan su optimismo y los piratas van en la cola del pelotón dentro del deprimente apartado de Otros. Sin embargo, Falkvinge tiene una explicación: "Los que hacen las encuestas no buscan a la gente joven, no llaman a los móviles de la gente, no consultan vía Internet".
En su opinión, "los políticos no se han enterado de lo que ha pasado en los últimos 15 años con la revolución que han supuesto los teléfonos móviles e Internet. Siguen repitiendo las mismas cosas y tienen que comprender que en la era de Internet el copyright es incompatible con el derecho a la confidencialidad. Ningún Gobierno puede llegar a decretar que cada pieza de comunicación privada, y más aún en el futuro, es ilegal, que si yo envío una canción o un vídeo por e-mail a un amigo estoy cometiendo un delito".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.