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Día sin Coches

Millones de horas perdidas

Los trabajadores de polígonos industriales del sur deben usar el coche o soportar largos traslados por la distancia de Metrosur a sus empresas

Oriol Güell

Metrosur, el anillo subterráneo que une las ciudades del sur de la región con la capital, se olvidó de los polígonos industriales y ahora decenas de miles de trabajadores de la zona se ven obligados a ir en coche a sus empresas o soportar largos traslados que les hacen perder millones de horas al año.

Ésta es la conclusión de un informe presentado ayer por CC OO y UGT que pone de relieve que el trazado de Metrosur, y también de una línea de Cercanías, "no tuvo en cuenta las necesidades de los trabajadores de los polígonos del sur de la región". "Metrosur priorizó la comunicación entre zonas habitadas y futuros desarrollos urbanísticos, pero dejó de lado el transporte al trabajo. Los traslados largos alejan a los trabajadores del transporte público y les obligan a usar el coche", explican.

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El estudio contempla los desplazamientos entre cuatro ciudades y otros tantos polígonos (ver cuadro). Entre el centro de Leganés y el Polígono Urtinsa, en Alcorcón, un empleado tarda 30 minutos: debe utilizar Metrosur, un autobús y completar el recorrido andando. Si el suburbano hubiera previsto una parada en el polígono, el tiempo se reduciría a 18 minutos. Los descensos también son notables entre Móstoles y el polígono La Cantueña, en Fuenlabrada (de 64 minutos actuales a 39); entre Getafe y la Ciudad del Automóvil, en Leganés (de 42 a 28 minutos); y de Parla al polígono Cobo Calleja, en Fuenlabrada (de 34 a 18 minutos).

Los sindicatos no tienen la cifra exacta de trabajadores afectados. "Es muy difícil saberlo, debido a la cantidad de zonas residenciales e industriales y a los múltiples trayectos entre ellos, pero suman varias decenas de miles de trabajadores", sostienen. En todo Madrid hay unas 120.000 personas empleadas en el sector industrial.

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Sobre la firma

Oriol Güell
Redactor de temas sanitarios, área a la que ha dedicado la mitad de los más de 20 años que lleva en EL PAÍS. También ha formado parte del equipo de investigación del diario y escribió con Luís Montes el libro ‘El caso Leganés’. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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