Camps y las universidades valencianas
Las universidades valencianas llevan años asistiendo atónitas a los continuos incumplimientos de las promesas de Camps. En la apertura del curso 2004-05 fueron los anuncios en torno al nuevo modelo de financiación, ya que según Camps el actual ya no servía para dar respuesta a las nuevas necesidades de las universidades valencianas. Este anuncio solemne lo hizo en el acto de apertura de curso de la Universidad Politécnica de Valencia. Un año después, quiso tapar su incumplimiento flagrante, sobre el nuevo modelo de financiación, haciéndose una foto con todos los rectores el mismo día de la apertura de curso en la Universidad de Alicante. Una foto firmando dos convenios, sobre infraestructuras docentes y parques científicos, que le salió incompleta, ya que el rector de la Universitat de València no aceptó la propuesta presentada por Camps.
Un año después de firmar los convenios, las universidades valencianas han recibido 11 millones de los 158 prometidos. Pero por si todo esto fuera poco, tras una serie de confusos y cambiantes anuncios, la gran aportación de Camps al sistema universitario valenciano es que va a crear una nueva universidad, la Universidad Internacional de Valencia para la que la Generalitat realizará una aportación inicial de 12 millones de euros, un millón más de lo que han recibido las cinco universidades públicas el último año.
Este conjunto de despropósitos lo intenta tapar con una nueva foto el día anterior al acto de apertura de curso en la Universidad Jaume I de Castellón. Una foto en la que comunica a los rectores que ahora va en serio, que ahora sí que va a cumplir lo firmado el año pasado. Esa firma sobre la firma del año anterior, algo en lo que son unos verdaderos expertos, reduce las críticas de los rectores respecto a la financiación de las infraestructuras docentes y los parques científicos, pero no impide que le manifiesten sus críticas a su proyecto de nueva universidad, a su capricho virtual. Pero Camps no soporta las críticas y se ofende con los rectores. Los rectores no tienen derecho a ofenderse aunque no cumpla ninguna de sus promesas, pero Camps sí que tiene derecho a ofenderse porque se lo recuerden en los mismos foros en los que ha ido realizando esas promesas.
Pero las críticas recibidas no le invitan al presidente de la Generalitat a reflexionar y a intentar reconducir el proyecto anunciado, sino a lanzar a su vicepresidente, Víctor Campos, para que ataque al rector de la Universidad Jaume I de Castellón, diciendo falsedades tan burdas como que su negativa perjudica a los ciudadanos de Castellón. Pero ¿en qué quedamos? ¿no se trata de una universidad a distancia? También nos obsequiará con unos cuantos comunicados del PP en los que nos contarán las cifras millonarias que invierten en las universidades valencianas. Saben que con argumentos tan pueriles no van a convencer a nadie de la comunidad universitaria, pero eso les da igual pues lo que pretenden es engañar, de nuevo, a la mayoría de los ciudadanos.
No hay dinero para las universidades valencianas, pero sí que lo hay para pagar el último capricho virtual de Camps. No hay dinero, por ejemplo, para construir una nueva Escuela de Magisterio en Valencia, antes de que la actual se caiga a trozos, pero sí que lo hay para las numerosas sedes que se anuncian de la Universidad Internacional. Hay quien piensa que lo de la Escuela de Magisterio es para que los futuros maestros se vayan acostumbrando a los barracones que les esperan cuando empiecen a dar clase en Infantil o en Primaria.
Lo que necesita el sistema universitario valenciano, no es una nueva universidad que nadie ha pedido, que anuncia una oferta de titulaciones que ya se están impartiendo en las universidades públicas valencianas. Señor Camps, si quiere mejorar la oferta actual, lo que tiene que hacer es sentarse con todas las universidades valencianas y adoptar, de común acuerdo, las medidas necesarias para que se amplíe el catálogo de titulaciones que se ofrecen a los estudiantes valencianos, para que sea más complementario que el actual. Si quiere incrementar la proyección internacional de nuestras universidades, apoye los proyectos que ya están realizando todas ellas en este ámbito y promueva la realización de ofertas en común que permitan una mayor calidad y prestigio internacional. Si quiere incrementar la oferta a distancia negocie con la UNED.
La pérdida de credibilidad de Camps en todos los ámbitos está llegando a tal extremo, que la próxima vez que alguien se quede atónito será porque Camps haya cumplido alguna de sus promesas.
Miguel Soler es secretario de Educación del PSPV-PSOE.
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