"Mi estilo es muy español"
El jugador de origen andaluz Gonzalo Castro, que esperó la llamada de España antes de debutar con Alemania sub 21, triunfa en la Bundesliga
Requerido el viernes por este periódico, Gonzalo Castro llamó ayer por la mañana por teléfono desde su casa en Leverkusen, Alemania, que comparte con su novia. Y explicó que su equipo, el Bayer Leverkusen, había sido vapuleado el día anterior por el Stuttgart (3-0), y que él había sufrido una caída que le lastimó el brazo, por lo que fue sustituido (m. 70). "Nada grave. Estaré dos o tres semanas de baja". A los 19 años, Castro se ha convertido en una de las sensaciones de la Bundesliga: suma tres goles en seis partidos a pesar de que está actuando de lateral izquierdo sin serlo. "Está yendo todo más rápido de lo que yo podía haber imaginado". Es un futbolista polivalente. Puede ocupar los dos laterales, pero donde se siente más a gusto es en el centro del campo, de medio de cierre. Allí puede "repartir" el balón. Ese es el verbo que más repite Gonzalo en su charla con este diario. "Repartir pelotas y ganar las del contrario. Me gusta Xabi Alonso y me identifico con él".
No es extraño, pues, que sus compañeros le digan que su estilo es muy español. Por el gusto de estar en contacto con la pelota. "Aquí el fútbol es de muy correr y de fuerza, y me dicen que yo soy muy español". Aunque no se trate de un jugador especialmente técnico, sino "un poco de todo". Le salen los genes. Su padre, Gonzalo, de 71 años, se marchó con 18 de su pueblo, La Línea de la Concepción, a Wuppertal, para buscarse la vida. Le gustaba el fútbol, pero no tuvo mucho tiempo de practicarlo. Debió dedicarse a una ristra de oficios: limpiar cristales, subir a los andamios... Hace ya 16 años entró a trabajar en una oficina de correos. "Yo jugaba de todo, como mi hijo, y mi hermano Cristóbal Castro jugó en La Balona", explica Gonzalo padre, que conserva su acento andaluz. Y recuerda cómo su hijo Gonzalo, "a los tres o cuatro años", iba con el balón de la cocina al comedor y del comedor a la cocina.
El padre se lamenta ahora de que su hijo no vaya a tener opciones de debutar con España. Se quedó esperando la llamada de la sub 21. Sí fue convocado por la sub 19 de Santisteban, donde coincidió con el osasunista Raúl García, pero esa llamada le suponía un incordio a pesar de su ilusión por estrenarse con España. El calendario de la Bundesliga no se detiene con los partidos internacionales de los juveniles y, claro, Gonzalo se estaba ganando un puesto en el Bayer Leverkusen. Su entrenador entonces, Klaus Augentaler, que lo hizo debutar en Primera con 17 años, dijo: "Se nota que Gonzalo se divierte en cada acción en el campo".
"Les llamé a la federación y les dije que lo convocaran para la sub 21, cuyo calendario sí coincide con el alemán. No me hicieron caso y se acabó", recuerda el padre. El chico debutó con la sub 21 germana y ese día Rudi Völler, ex seleccionador alemán, dio un suspiro de satisfacción. "Me alegro muchísimo porque se ha criado aquí, en este club, con nosotros", dijo Völler, director deportivo del Leverkusen. Ahora Gonzalo espera la cita de Löwe, el seleccionador de la absoluta, que tiene mucha confianza en los jóvenes.
"Allí en España", protesta tímidamente el joven, "no miran mucho al fútbol extranjero. A mí me gustan el Madrid, el Barça y el Valencia, según el que mejor juegue. A mi padre le tira un poco más el Madrid". ¿La selección española? "La vi contra Suecia y estuvo mal; también frente a Argentina, mucho mejor. No sé si yo habría podido jugar allí. Todavía estoy esperando la llamada de Löwe, que también me hace mucha ilusión ".
La sub 21 se le queda pequeña, coinciden los periodistas alemanes consultados, mientras él evocaba ayer su segundo gol al Schalke 04, uno de los más espectaculares de la Bundesliga en lo que va de campeonato. "Entró por la escuadra. Vi al portero fuera de la portería y le envié una vaselina. Quise hacerlo así, pero tuve un poco de suerte".
La madre del chico es granadina, aunque emigró a Girona a los 13 años, antes de ir a Alemania. Ahora también trabaja en correos en Leverkusen. Gonzalo, que nació en Wuppertal, entró de lleno en el sistema educativo alemán hasta estudiar Educación Física. Habla un español bastante correcto, sin acento germánico, pero sí con algún barbarismo del tipo: "Klose, Ballack y Lahm están buenos [en vez de son]". La confusión del verbo ser en la traducción.
Antes del pasado Mundial, Gonzalo participó en un entrenamiento con la selección brasileña -les faltaba un jugador para completar un partidillo- y quedó impresionado. "Hablé con Ronaldinho y es muy buen chaval. Son jugadores muy divertidos y técnicamente, muy buenos".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.