Carboni contra "los 4 banderilleros"

En uno de los despachos de la ciudad deportiva de Paterna, el director deportivo del Valencia, Amedeo Carboni, cargó ayer por la mañana a gritos contra el entrenador, Quique Flores, y sus tres ayudantes, que en ese momento estaban en otros vestuarios después del entrenamiento. "¿Quiénes son estos cuatro banderilleros para impedirme a mí entrar en el vestuario?", gritaba Carboni, muy alterado, en alusión a las protestas del entrenador cuando Carboni entró en la caseta en la media parte del partido ante el Athletic en Mestalla. Y con el apelativo despectivo de los "cuatro banderilleros" se refería a Quique y sus colaboradores: el segundo entrenador, Fran Escribà, el preparador físico, Paco de Miguel, y el preparador de porteros, Emilio Álvarez, que forman un grupo muy homogéneo. El padre de Emilio, Curro Álvarez, sí se dedicó durante años al oficio de banderillero. La escena describía el ambiente de máxima tensión entre el técnico y el director deportivo, convocados por la tarde por el presidente, Juan Soler, para intentar alcanzar una tregua. El presidente, que ha dejado crecer el enfrentamiento hasta estos extremos, filtró la reunión para transmitir una imagen suya de mediador. El hecho de que la cita fuera hecha pública desagradó especialmente a Quique, que no quería ir al encuentro como "a la entrega de los Óscar". Más bien, el técnico sentía que asistía a un consejo de guerra, puesto que sabe que Soler ha tomado partido por Carboni. Los jugadores, en cambio, están mayoritariamente de parte de su entrenador. Entienden que Carboni ha emprendido una cruzada personal contra Quique y dos de los jugadores de la plantilla sobre los que guarda cuentas pendientes: Ayala y Cañizares. El grueso del vestuario piensa que Carboni ha sufrido una transformación desde que cambiara su puesto de futbolista por el de director deportivo a finales de la pasada campaña. "No lo reconozco", dijo ayer uno de sus ex compañeros. Algunos empleados del club se quejan de su despotismo. Carboni cuenta con el respaldo de Mora, el tercer portero del equipo, marginado por Quique, de Hugo Viana y de Tavano, su gran apuesta en el mercado de fichajes. Carboni ha hablado con Marcelo Lippi, campeón del mundo al frente de Italia, y Quique siente que su superior ha aprovechado los momentos de debilidad -cuatro partidos sin vencer en Liga- para tratar de derribarlo. "Me siento muy seguro de mí mismo", afirmó ayer Quique, "pero el trabajo es aleatorio. Me quedan 15 años de profesión y no sé dónde los cumpliré".

El vestuario apoya al entrenador, pero el presidente se decanta por el secretario técnico

A la cita con el presidente también asistió el médico del Valencia, Antonio Giner, para tratar de explicar la plaga de lesiones que ha azotado al equipo. Giner desliza las culpas hacia el preparador físico por someter a los jugadores a una dieta muy estricta: casi todos han perdido kilos respecto al curso pasado, mientras que, desde el cuerpo técnico, se desconfía de la capacidad de los servicios médicos.

A todo esto, nadie en el Valencia le dio ayer la mínima importante al Olimpiacos, rival de esta noche en la Liga de Campeones, al que convendría ganar para asegurarse la primera plaza del grupo en una clasificación que ya está asegurada. Jugará Baraja, inédito hasta ahora por lesión, y regresa a la convocatoria Regueiro, que vuelve tras varias semanas de ausencia por lesión. Mientras, el club renovó a su portero suplente, el francés Butelle, hasta el 2012.

Valencia: Cañizares; Miguel, Albiol, Ayala, Curro Torres; Joaquín, Pallardó, Hugo Viana o Baraja, Silva; Villa y Tavano.

Olympiacos: Nikopolidis; Zewlakow, Julio César, Georgatos, Kostoulas, Anatolakis o Ouaddou; Sotoltidis, Djordjevic, Rivaldo; Konstantinou y Castillo.