La conexión de la M-40 con Sanchinarro se retrasa seis meses
El Ayuntamiento dice ahora que la nueva infraestructura será abierta en primavera
Con tantas inauguraciones pendientes, al Ayuntamiento de Madrid le falla en ocasiones la calculadora y la agenda en la que anota los cortes de cinta que dan por finalizadas las obras. El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, inauguró parcialmente el pasado 4 de enero la conexión entre Sanchinarro y la M-40. Cortó la cinta ante los fotógrafos y túneles y viales de este PAU del norte de la capital y anunció que faltaban 10 meses -hasta el pasado mes de octubre- para que se completara la infraestructura. Ahora, sin embargo, el propio Ayuntamiento desmiente a Gallardón y afirma que todo quedará terminado "en primavera, como estaba previsto".
Los vecinos, mientras, se quejan repetidamente de lo complicada que es su vida con las obras sin terminar rodeando el barrio. "Parece que vivimos encerrados aquí. Estamos rodeados de carreteras pero el acceso a ellas es muy complicado", explica Tomás, un vecino.
El regalo de Reyes que Ruiz-Gallardón hizo a los vecinos era poder acceder fácilmente a sus casas y garajes desde la M-40. Pero hacer la operación inversa, salir a esta circunvalación con el coche, es imposible aún hoy por el llamado Ramal B, pese a que Ruiz-Gallardón fiaba la nueva inauguración para el pasado octubre, tal y como recogía la prensa al día siguiente.
Los vecinos de Sanchinarro ven con frustración, sin embargo, cómo la alternativa para evitar los atascos diarios en las salidas y entradas a su barrio en hora punta está casi terminada a falta de un solo tramo que se pospone. El asunto es que los dos túneles bajo un talud artificial que separa el barrio de la M-40 están terminados desde hace meses; la vía de servicio de la autovía que sale de ellos hacia la A-6, también.
Pero la conexión de esta calzada en sentido oeste con la circunvalación y Las Tablas acaba abruptamente frente a unos pilares de hormigón que pespuntean la maraña de bucles del nudo norte de la M-40 en su cruce con la carretera de Burgos. La plataforma de este puente, que medirá 340 metros, con arcos de hasta 50 metros de luz, todavía no está instalada.
Tomás, que vive en Sanchinarro con su mujer desde hace dos años, se dice estar "harto" con la situación: "Por la mañana y por la noche se montan unos tomates impresionantes para salir a la M-40 por el único acceso que existe hasta ahora, en el este del barrio. Algunos hemos reclamado al Ayuntamiento, y en sus respuestas, rápidas, cosa que les honra, nos dicen ahora que el Ramal B se abrirá en 2007, y no en octubre de este año, como dijo el alcalde hace un año".
El Grupo San José, constructor de la obra, no ofrece respuesta cuando se pregunta a sus portavoces sobre los retrasos y los plazos de las obras. En el Ayuntamiento, por su parte, niegan cualquier retraso. La conexión, pues, estará lista para ser inaugurada justito antes de las próximas elecciones, en mayo.
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