La industria anglosajona se hace con el negocio de los conciertos en España
El grupo español Gamerco ha sido adquirido por la empresa estadounidense Live Nation
La noticia llegó desde Los Ángeles. Live Nation, que se define como "la principal compañía mundial del entretenimiento en directo", ha adquirido Gamerco, empresa líder del mercado de conciertos en España. No se trata de una compra aislada: el mismo comunicado informa de la compra del 75 por ciento de Jackie Lombard Productions, una promotora francesa. Para Gay Mercader, fundador de Gamerco, era una oferta imposible de rechazar: "Live Nation estaba decidida a establecerse en España, que es el noveno mercado para la música en el mundo. Si nos hubiéramos negado y Live Nation hubiera optado por otro socio o por instalarse por su cuenta, nos habríamos encontrado con dificultades para desenvolvernos. Si eres un promotor independiente de un país en la periferia de Europa, tienes problemas para lograr fechas en las grandes giras. Aparte, los patrocinadores piensan ahora en términos globales y prefieren negociar con una sola empresa".
Para Gay Mercader, fundador de Gamerco, era una oferta imposible de rechazar
Gamerco, que inició sus operaciones en 1973, ha presentado en España a la plana mayor del rock, desde los Rolling Stones a los últimos grupos de heavy metal. En los últimos años, también ha trabajado con otras figuras, de Mark Anthony a Luis Miguel. Actualmente, Gamerco tiene 40 empleados repartidos en cinco divisiones -Gay & Company, Troubleshooter, Iguapop, Cap-cap Produccions y Sensei Producciones- que cultivan diferentes tipos de música; organizan unos 250 conciertos al año y despachan un millón de entradas. Mercader y sus principales colaboradores, Roberto Grima y Pino Sagliocco, continuarán en sus puestos: "Live Nation quiere nuestra experiencia, nuestro conocimiento del territorio; lo primero que dijeron fue que no pretendían ser intervencionistas. Estamos seguros de que ahora daremos más oportunidades a los artistas y los aficionados."
Las cifras de Live Nation son intimidantes: controla unos 170 recintos, desde el Wembley Arena londinense hasta los establecimientos House of the Blues; anualmente, presenta unos 33.000 conciertos -ellos prefieren hablat de eventos, ya que incluyen las representaciones de musicales como Los productores- que convocan a más de 67 millones de espectadores. Se trata de una empresa que cotiza en la bolsa neoyorquina y que se desgajó del gigante Clear Channel.
La separación, aparte de razones empresariales, obedecía a motivos de imagen. Clear Channel Comunications, primer grupo radiofónico de Estados Unidos y una potencia en la publicidad en exteriores, se sitúa políticamente a la derecha de George W. Bush. Organizó conciertos en defensa de la guerra de Irak y rechazó publicidad pagada de una asociación contraria a la intervención estadounidense. Las Dixie Chicks, Madonna y otros artistas críticos con Bush vieron limitadas su presencia en el millar de emisoras de Clear Channel.
El modelo radiofónico de Clear Channel se basa en reducir plantillas mediante la automatización y ha creado conflictos. En 2002, un tren con productos tóxicos descarriló en Dakota del Norte: transcurrieron varias horas antes de que se pudiera avisar a la población a traves de las seis emisoras que Clear Channel gestiona en la zona. Otro escándalo fue su reacción ante el 11-S: la central determinó que 150 canciones resultaban "inapropiadas" para aquellos momentos, desde Imagine, de John Lennon, a What a wonderful world, de Louis Armstrong.
La insensibilidad de Clear Channel también se hizo evidente en su rama de conciertos. El Departamento de Justicia debió intervenir para que prescindieran de una prohibición afectaba a los diabéticos: no podían acudir a sus eventos con las jeringuillas para inyectarse insulina. También está en los tribunales un recargo por aparcamiento en algunos recintos, que se cobra aunque el espectador vaya en transporte público.
Gay Mercader sabe de esa mala reputación pero enfatiza que, desde 2005, Live Nation es una empresa diferente de Clear Channel. De momento, Gamerco continúa elaborando su calendario para 2007 y avisa que habrá sorpresas. Una posibilidad es la celebración de los shows de los Rolling Stones que fueron cancelados por el accidente de Keith Richards y la enfermedad de Mick Jagger.
Benicàssim y los ingleses
La expansión mundial de Live Nation está cambiando el panorama de los festivales veraniegos. El gigante estadounidense compró por 38 millones de libras esterlinas una parte de la promotora Mean Fiddler, responsable de famosos locales londinenses y de festivales británicos como Glastonbury o Reading. El principal beneficiario de la jugada fue el empresario Vince Power, al que una cláusula del contrato prohibe operar en el Reino Unido durante varios años.
Ambicioso, Power se encontró con gran liquidez y decidió invertir en acontecimientos de la Europa continental. En marzo, se hizo con una mayoría de las acciones del FIB, el Festival de Benicàssim. Para 2007, Power pretende quitar tajada al legendario festival de Glastonbury, que vuelve tras un año sabático. Por dimensiones, historia y eclecticismo, Glastonbury parece imbatible pero también extá expuesto a los caprichos metereológicos. El FIB tiene playa, no teme al barro y cuenta con la complicidad del semanario New Musical Expres, con gran poder de movilización. Los de Castellón han adelantado sus fechas y ponen a la venta sus abonos, aún sin conocerse el cartel.
Los hermanos Morán, fundadores del FIB, aseguran que la alianza con Power les permitirá enfrentarse a los competidores, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras: casi la mitad de los espectadores son extranjeros.
Inevitablemente, el FIB adaptará su programación a los gustos foráneos, especialmente británicos, como ya se notó éste verano. Son malas noticias para los grupos indie nacionales, que llevan años siendo desplazados del escenario principal.
Babelia
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