Batasuna admite su sorpresa ante el atentado mortal de ETA tras la reunión con el Gobierno

Batasuna reiteró ayer a través de dos de sus habituales portavoces, Pernando Barrena y Joseba Álvarez, que no da por roto el proceso de diálogo iniciado en marzo mientras no lo diga ETA y lo explique en un comunicado. Álvarez afirmó además que el atentado de Barajas "no lo esperaba nadie", pese a que la situación era "crítica". En la misma línea que Otegi, ambos dirigentes no se desmarcaron de esa acción violenta, insistieron en que el proceso es la "prioridad" de Batasuna y anunciaron que pronto iniciarán una ronda de contactos con todas las fuerzas políticas que acepten mantenerlos.

"Hoy por hoy, hablar de cuál es la situación del alto el fuego, si está en vigencia o no, es especular políticamente en torno a algo de lo cual no tenemos constancia expresa", declaró ayer Pernando Barrena tras ser repetidamente preguntado por ello en la rueda de prensa que ofreció en un hotel de San Sebastián. Al igual que Álvarez horas antes desde los micrófonos de Euskadi Irratia, el dirigente de Batasuna se negó a admitir que la entidad y magnitud del atentado de Barajas signifique una clara ruptura del alto el fuego, como lo han valorado todas las fuerzas democráticas, y sostuvo que no será así mientras no lo certifique la banda terrorista con un comunicado.

Batasuna demostró nuevamente que carece de criterio independiente y voz propia a la hora de pronunciarse sobre la banda armada y sus acciones, aunque, quizás por la trascendencia del atentado de Barajas, esta característica se hiciera aún mucho más evidente. "Si alguien tiene que interpretar lo que ocurrió el 30 de diciembre en Madrid será la propia organización ETA", aseguró Barrena en la rueda de prensa. Para añadir: "No nos cabe ninguna duda de que será muy importante el contenido de lo que ETA tenga que decir al pueblo vasco sobre lo ocurrido en Madrid. Batasuna por supuesto que escuchará con gran atención, como este país y sus fuerzas políticas, los contenidos de su comunicación".

A la espera de que esto ocurra, la formación ilegalizada sigue afirmando, como lo hizo Otegi horas después de la explosión, que todo debe seguir como si nada hubiera ocurrido. Ambos dirigentes coincidieron en el mensaje de que el proceso no está roto y que Batasuna está empeñada en crear condiciones para "estabilizarlo" porque es "más necesario que nunca" para este país. "Hay una intención de seguir avanzando, de seguir buscando una solución y los compromisos", señaló Álvarez. También sintonizaron en responsabilizar al PSOE y enmarcar la responsabilidad de esta situación en los incumplimientos del Gobierno y en su falta de gestos favorables a Batasuna. Quizás Álvarez, que reconoció que, pese a la crisis existente, "a que la situación no era la deseable", el atentado de ETA "no lo esperaba nadie", fue más voluntarista. Así, se mostró partidario de "analizar las razones" que han llevado el proceso a la actual situación, pero en ningún caso a "darlo por finiquitado, acabado o aniquilado".

El proceso saltó echo añicos tras el atentado de Barajas, que se produjo 15 días después de que el Gobierno, a través de una delegación encabezada por Jesús Eguiguren, presidente de los socialistas vascos, se reuniera en Ankara con los representantes de ETA, entre los que se encontraba Josu Ternera, según informa Vasco Press. En esa reunión no se alcanzó ningún acuerdo aunque no se formalizó ninguna ruptura de las conversaciones. Junto a Eguiguren acudieron dos representantes del Gobierno, veteranos miembros del PSOE que en la actualidad no ejercen ninguna actividad política. Junto a Josu Ternera estuvo su hijo Egoitz y una mujer, al parecer Ainhoa Ozaeta, a la que se atribuye la lectura del comunicado anunciando la tregua, según Vasco Press.