Un campeonato sin liderazgo
El Madrid recupera juego y posiciones después de la victoria del Mallorca en Sevilla y la derrota del Barça en Montjuïc
A la pifia del Barça en Montjuïc respondió ayer el Sevilla con un gatillazo ante el Mallorca, dos resultados que agradeció el Madrid, que recibió al Zaragoza con la sensación de que nada le está prohibido en un campeonato muy abierto por más controvertidas que puedan resultar las decisiones que va tomando sobre la marcha. La victoria y, sobre todo, la energía que empleo en el juego y el liderazgo de Gago le dieron la razón. Anda la Liga descabezada, sin liderazgo, cuando falta una jornada para el final de la primera vuelta. Así que los aspirantes entienden que todavía no hay una derrota que mate.
El Sevilla se quedó ayer tan parado como el sábado el Barça. En un partido aparentemente sencillo y con el viento a favor por un penalti transformado por Kanouté, el equipo del Nervión se venció fatalmente, sorprendido por un gol de Maxi López, el ariete cedido por el Barça. La derrota compromete al Sevilla, que pasaba por ser un equipo fiable, envidiado por su vitalidad, siempre a gusto en el campo. Las circunstancias de la jornada levantan ahora una cierta sospecha sobre su capacidad ante situaciones de presión. Invitado a tirar millas, fue incapaz de marcar distancias, lo que agradecieron sus rivales.
Al Barça le puede seguir animando la posibilidad de ser líder si gana el partido aplazado en el Villamarín. Una feliz noticia para los azulgrana si se atiende a su estrepitosa derrota en Montjuïc. El Barça se ha quedado seco: no pasa del gol por partido y sólo ha sumado seis de los últimos quince puntos en disputa, números que expresan su abatimiento. Desganado y destensado, ha dejado de protagonizar los partidos para acomodarse en la tabla. Hoy es un equipo irreconocible al que se lo lleva el viento. Le falta carácter y profundidad, le sobra tontería y, a cambio, tiene recursos para sobreponerse.
El extravío de unos y otros ha permitido la recuperación del Valencia y aliviado la situación de Capello, convertido en sepulturero de la galaxia blanca y armador de un Madrid que se organiza alrededor de un futbolista imponente como Gago. La coyuntura de la Liga estimula la ruidosa reconversión emprendida por el club después de situarse a dos puntos del Sevilla tras atrapar al Barça, pendiente de visitar al Betis.
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