De encrucijadas y retos energéticos

Podríamos pensar que ha existido siempre. Pero no, es muy joven. La Comisión Nacional de Energía (CNE), contando con sus antecesores de distinto nombre, ha cumplido 10 años. Se creó en abril de 2000, enlazando con la labor fundacional de la Comisión del Sistema Eléctrico Nacional, desde 1995, y de la Comisión Nacional del Sistema Eléctrico después.

La CNE ha decidido celebrar la ocasión con un libro importante. Está bien que una historia corta, pero ya intensa, sea revisitada atentamente. Hace justicia a la importancia de la institución, y a su voluntad de ocupar un lugar permanente e indiscutible en el panorama español de comisiones reguladoras sectoriales y de autoridades de defensa de la competencia. La celebración ha movilizado a 27 autores -autoridades en las materias de las que tratan- bajo la batuta de dos directores expertos en las lides de proyectos editoriales colectivos.

La Bolsa es una de las alternativas de las que disponen las empresas para captar fondos

En los primeros compases del libro, el lector se encuentra con la sorpresa de la presencia de prólogos de todos los presidentes de la CNE y de las comisiones predecesoras. El paso del tiempo ha proporcionado más libertad a los antiguos presidentes, y alguno la utiliza ampliamente en textos incisivos.

Tras una introducción sobre las encrucijadas y retos de la energía, el libro se estructura en tres grandes partes. La primera analiza la posición española en el panorama energético internacional. Incluye un conjunto de capítulos con grandes perspectivas económicas, históricas, empresariales, prospectivas y medioambientales.

La segunda, y más larga, se dedica a la regulación y liberalización de los mercados energéticos. Moviliza a economistas y juristas de primera línea para explicar desde la teoría de la regulación a la distribución de competencias regulatorias en la España autonómica, pasando por el estudio de la competencia o la historia de las comisiones reguladoras antecedentes de la CNE.

La tercera se ocupa de las empresas energéticas y de la estructura de los mercados. Ambos elementos los relaciona un puñado de firmas de solvencia acreditada con los mercados internacionales de capital, con las privatizaciones y liberalizaciones en el sector, con la concentración empresarial, con el control corporativo o con la situación financiera.

Acaba el libro con un capítulo sobre el horizonte del mercado único (europeo) de la energía, y con unos anexos sobre las publicaciones de la CNE, los perfiles biográficos de todos los consejeros que ha habido en estos diez años, y un CD con el informe anual de 2006 de la CNE y su correspondiente anexo estadístico (otro libro dentro del libro).

La obra pasará a ser de referencia para todos los interesados en la regulación energética, principalmente en España, pero siempre en perspectiva europea (y no estaría de más poder contar en el futuro con una perspectiva latinoamericana, vista la implicación empresarial española en los resultados de la liberalización de los mercados energéticos en el continente americano).

Su amplitud de miras combinada con su precisión atraerán a lectores muy diversos que van a poder encontrar siempre los capítulos más acordes con sus intereses (económicos, empresariales, jurídicos o tecnológicos; españoles, europeos o internacionales; eléctricos, gasistas o petroleros).

En su conjunto y en sus partes, la obra transmite poderosa y repetidamente el doble sentimiento de que los cambios experimentados gracias a la regulación energética han sido muy importantes al haber cambiado las coordenadas del sector, regido ahora por el mercado, pero que los desafíos que subsisten -la liberalización transnacional de la energía en la Unión Europea- son fundamentales y que nos va el futuro en ellos. Como vemos cada día.

Albert Carreras pertenece al Departamento de Economía y Empresa de la Universidad Pompeu Fabra.