El mundo amoroso según el teatro

Como dice Joan Font, director y fundador del mítico grupo teatral catalán Comediants, El gran secreto es "un espectáculo de sala". La afirmación puede parecer de Perogrullo, porque la casi totalidad de los espectáculos de teatro lo son, pero tratándose de esta compañía se acepta la aclaración ya que Comediants ha deleitado con sus creaciones en plazas, centros urbanos, campiñas, playas, e incluso por todo el parque del Retiro, en una memorable función con la que hicieron correr a miles de madrileños a los que amenazaban con el fuego del infierno que portaban unos divertidos y nada malvados demonios. Pero prácticamente nunca habían ofrecido un espectáculo en un teatro a la italiana, que es el que acostumbramos a ver.

El gran secreto, que se acaba de estrenar en el teatro Gran Vía, ofrece a los espectadores un curioso dualismo, ya que el montaje es un espectáculo para adultos que también tiene una versión destinada al público infantil: El pequeño secreto para colegios e institutos. En ambas funciones, prácticamente iguales, se muestra un recorrido por el mundo del amor en el escenario, de manera que siguiendo la evolución del binomio teatro-amor se nos muestra la historia del teatro en todas sus etapas, desde sus inicios hasta nuestros días.

"El teatro no es un reflejo de la vida, sino que es la vida la que acaba copiando al teatro, ya que el teatro, entendido como un relato, nos hace vivir la vida de una manera diferente y el amor no es ninguna excepción", señala Font, quien pretende reivindicar con esta mirada divertida "el teatro total en sus tres dimensiones; un teatro cambiante y dinámico, con grandes dosis de ironía".

Juegos y surrealismo

De ahí que se pueda ver desde cómo los primitivos afrontaban el amor como un juego; pasando por los griegos, cuando el amor tenía la tragedia como trasfondo; la comedia del arte, marcada por el elissir d'amour y acercamientos entre personas del mismo sexo; el naturalismo americano, con ese amor con el que se sufría tanto; las miradas surrealistas sobre el amor de Jarry, Beckett e Ionesco..., y así hasta nuestros días, donde la cosa no está mucho más clara.

Con el humor y la ternura como elementos en los que basa todo el espectáculo, Font está seguro de que los espectadores encontrarán aquí cuál es su tipo de amor: "Además, es una obra que de alguna manera supone un homenaje a la gente del teatro hecho desde dentro, ya que también mostramos como viven su profesión regidores, acomodadores, y todos los que hacen posible esta profesión aunque no estén sobre el escenario".

El gran secreto es también una historia de amor de otro tipo. La que han tenido Font y Albert Espinosa, un guionista que se dejó abducir por la fuerza centrífuga de Comediants y con el que Font ha escrito esta obra que cuenta con música compuesta especialmente por Ramón Calduch y en la que actúan cinco jóvenes actores que abordan numerosos personajes. "La obra hace un repaso diferente, atrevido y divertido por la historia del teatro en el que se establecen conexiones entre la escena y el amor, dos grandes temas que desde siempre han estado muy relacionados", concluye Espinosa.

El gran secreto. Gran Vía Teatro (Gran Vía, 66). Hasta el 25 de marzo. www.gruposmedia.com