Alperi y Flores ignoran el homenaje a los republicanos en Alicante
"La convivencia debe llevarse a cabo sobre el conocimiento y la verdad", resumió el cronista y escritor Enrique Cerdán Tato, ayer, durante la presentación de la marcha cívica que el domingo discurrirá desde el puerto de Alicante a La Goteta para homenajear a los republicanos víctimas del franquismo. Cerdán Tato lamentaba así la actitud mantenida tanto por el Ayuntamiento de Alicante como por la Autoridad Portuaria que preside Mario Flores, que ignoran la petición de la comisión de alzar dos monumentos, uno en el recinto marítimo y otro en el campo de Los Almendros en La Goteta en homenaje a los republicanos muertos durante la Guerra Civil y, sobre todo, en memoria de los que sufrieron y perecieron durante los últimas días de la contienda, vividos en Alicante.
Cerdán Tato, miembro de la Comisión Cívica para la Recuperación de la Memoria Histórica de Alicante, presentó ayer un acto con el que se recordará que hace 68 años la ciudad fue el último reducto de la II República. Una marcha cívica, dijo, que ha recibido numerosas adhesiones de toda España, de distintos puntos de Europa e incluso de América Latina (puntos a los que se exiliaron numerosos republicanos) y que realizará el mismo recorrido que durante los mismos días de la primavera del 39 realizaron muchos republicanos "a punta de bayoneta".
Los miembros de la Comisión Cívica recordaron ayer que la Guerra Civil terminó en el puerto de Alicante, hasta donde llegaron procedentes de toda España republicanos que esperaban embarcar hacia el exilio. Las crónicas de la época hablan de hasta 100.000 personas. A finales de marzo, las tropas fascistas italianas de la división Littorio, al servicio del ejército fascista, tomaron la ciudad y muchos de esos republicanos fueron trasladados, durante los días 31 de marzo y 1 de abril, al llamado por el escritor Max Aub como campo de los Almendros "donde fueron seleccionados para encarcelarlos, torturarlos y fusilarlos".
Entre las numerosas adhesiones recibidas, los miembros de la Comisión Cívica destacaron la de Rodolfo Llopis Boye, hijo del político alicantino exiliado en Francia Rodolfo Llopis, quien fuera director general de Primera Enseñanza entre 1931-1933, posteriormente presidente de la República en el exilio y secretario general de los socialistas hasta el congreso de Suresnes, en 1974.
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