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La crisis del PP valenciano impide cerrar las listas de las municipales en las capitales

La dirección nacional amplía el plazo hasta el lunes para que Zaplana y Camps pacten los nombres

El PP valenciano no ha conseguido cerrar las listas para las próximas elecciones en el plazo previsto debido a la crisis y las tensiones que enfrentan a los partidarios de Francisco Camps, presidente de la Generalitat Valenciana, y los zaplanistas, afines a su antecesor en el cargo, Eduardo Zaplana. A 45 días para las elecciones municipales, los candidatos que integrarán las listas del PP, que ocupa el gobierno de las principales instituciones valencianas, son una incógnita. La dirección nacional ha ampliado el plazo hasta el próximo lunes para evitar un cisma entre los dos sectores enfrentados.

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Los partidarios de Zaplana se atrincheran en Alicante y Camps controla Valencia

La dirección nacional del PP en Madrid reunió el jueves 12 por la tarde al comité de listas con el objetivo de ratificar las candidaturas de las capitales de provincia y las listas autonómicas. Sin embargo, esa misma mañana en Alicante la dirección provincial del PP, que preside José Joaquín Ripoll -líder de los afines a Zaplana-, lanzaba un órdago en toda regla al aprobar, sin el consentimiento de su candidato a la alcaldía de la capital, Luis Díaz Alperi, ni el conocimiento de la dirección regional, una lista municipal copada por zaplanistas. El desafío de Ripoll bloqueó todo el proceso.

En Valencia, la ejecutiva regional estaba pendiente de reunirse para poder ratificar las listas autonómicas y esperaba que Madrid reaccionara. Sin embargo, la falta de maestría política del presidente regional, Francisco Camps, que asumió personalmente en los últimos dos días el proceso de confección de listas, hizo que todo quedara atascado.

La semana clave del PP valenciano para la confección de sus listas ha sido más larga de lo habitual. Los plazos se han agotado y las dos facciones de los conservadores enfrentadas no han conseguido materializar un pacto. Los dos sectores han protagonizado desde el inicio de la legislatura diversos desencuentros y desavenencias públicas y apenas han mantenido relación alguna, y mucho menos para hablar de listas y de equipos. Camps mantuvo todas las incógnitas, apuró hasta el último minuto y al final de la negociación, si es que la hubo, fracasó.

El presidente regional del PP, que se implicó a fondo en el último minuto en la confección de las listas, decidió sorpresivamente el martes iniciar contactos con los partidarios de Zaplana. Por la tarde convocó a Ripoll en Valencia para hablar de "generalidades y matices filosóficos" de la composición de los equipos, pero sin avanzar en las listas. Al día siguiente, al ver el cariz que adquiría la negociación y ante el temor de los zaplanistas a quedar laminados y excluidos en este proceso, sus agendas se aplazaron.

Ripoll se plantó en la sede de la calle Génova de Madrid para entrevistarse con Mariano Rajoy, pero no lo consiguió, al estar éste de viaje; al final, consiguió hablar unos minutos con el secretario general, Ángel Acebes, que le transmitió que la autoridad y la confianza del PP están depositadas en Francisco Camps, le instó a que llegaran a un acuerdo y sólo le concedió un margen más de tiempo para negociar.

El miércoles por la tarde, Ripoll se reunió en la sede de la presidencia de la Generalitat con Francisco Camps. La reunión fue larga, de más de tres horas, acabó pasada la medianoche y tampoco sirvió para alcanzar un acuerdo, sino todo lo contrario. Según fuentes de los zaplanistas, en esa conversación Camps habló de "aspectos generales y de cifras, pero no de nombres".

Todo saltó por los aires cuando al filo de la medianoche el presidente de la Generalitat, que ya había dejado claro que su intención era no contar con ningún zaplanista en la lista autonómica e incluso prescindir de los consejeros Miguel Peralta y Gema Amor, insinuó a Ripoll que él iría de número cuatro en la lista municipal y con otro más de los suyos. Los afines a Zaplana no tardaron en reaccionar. "Nos quieren matar y encima que nos callemos", comentaban. Al día siguiente echaron mano de los estatutos del PP y la dirección provincial propuso una lista para la capital de provincia monocolor, todos zaplanistas menos el candidato a alcalde, Luis Díaz Alperi. La provocación encendió las luces rojas en la dirección regional, que no esperaba que la pugna llegara a estos niveles.

El órdago de Ripoll paralizó el proceso, y por fin empezaron a hablar de nombres y de cuotas de participación en las listas. Camps aseguró la continuidad de los consejeros zaplanistas Alicia de Miguel, Miguel Peralta y Gema Amor, para frenar su dimisión, y para el Ayuntamiento de Alicante estaba dispuesto a dejar a cuatro zaplanistas. Ayer, los afines al presidente de la Generalitat se emplearon a fondo instando a los zaplanistas más inseguros a que desistan y abandonen el barco antes de que se hunda. Camps declinó pronunciarse sobre la lista municipal para Alicante de los zaplanistas: "Eso corresponde al Comité Electoral Nacional", dijo.

Blindaje para imputados

A la espera de la ratificación oficial por parte del comité nacional de listas, las candidaturas del PP para las Cortes Valencianas integrarán a actuales cargos públicos imputados por corrupción. Los casos más llamativos son los regidores de Alicante y Torrevieja, Luis Díaz Alperi y Pedro Ángel Hernández Mateo, respectivamente. La hipotética acta de diputados autonómicos conferirá un nuevo giro a sus causas judiciales derivado de su condición de aforados.

Díaz Alperi y Hernández Mateo optarán al acta de diputados autonómicos del PP por Alicante. El primero cuenta con una doble imputación: el supuesto desfalco de seis millones de euros en la firma Mercalicante y un presunto trato de favor a un contratista en la adjudicación de tres aparcamientos. Mientras, Hernández Mateo está imputado por tráfico de influencias derivado de la compraventa de una finca que le reportó una plusvalía de 5,2 millones de euros.

Otro procesado que se presenta a las elecciones (no a las autonómicas, sino a las municipales) es el presidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra, que sigue en su puesto pese a estar imputado por tráfico de influencias, cohecho y fraude fiscal. Desde que se inició la investigación del caso Fabra han pasado cuatro años. La consulta del próximo 27 de mayo será el primer proceso electoral al que se enfrenta desde que estalló el escándalo. Él mismo se ha ubicado como número 3 de la candidatura del PP para el Ayuntamiento de Castellón. En el PP nadie ha sido capaz de bloquear su decisión de presentarse.

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