El clérigo radical chií Al Sáder rompe con el Gobierno de Irak
El líder del Ejército del Mahdi exige al primer ministro una fecha para la retirada de EE UU
El clérigo radical chií Múqtada al Sáder ordenó ayer a sus ministros dejar el Gobierno de Irak en protesta por la negativa del primer ministro, el también chií Nuri al Maliki, a establecer un calendario para la retirada de las tropas estadounidenses del país. Al Sáder, que dirige un movimiento político y una milicia (el Ejército del Mahdi) y cuenta con el apoyo de los más desfavorecidos, tenía seis ministros en el Gabinete de Maliki y 32 diputados, la segunda fracción más importante de la Lista Chií, que apoya al primer ministro.
La dimisión de los ministros de Al Sáder, que no ocupaban puestos de relevancia, es la escenificación de un divorcio anunciado. El plan de seguridad ideado por Maliki hace cuatro semanas para mejorar la situación en Bagdad ha estado dirigido, por presión estadounidense, contra la milicia del Ejército del Mahdi, a la que se acusa de estar detrás de la violencia sectaria que asola el país desde febrero de 2006. La presión sobre la milicia sadrista ha llevado a la clandestinidad a muchos de sus comandantes y al propio clérigo Al Sáder, que desde hace meses no aparece en público. EE UU dice que está en Irán.
Los sadristas acusan a Maliki de "despreciar la voluntad del pueblo" y de fracasar en su obligación de dotarle de seguridad y de los servicios sociales y sanitarios básicos. Se cree que el Ejército del Mahdi tiene 25.000 miembros, que durante estos últimos años han impuesto su ley en numerosas ciudades del sur del país y en el populoso barrio de Ciudad Sáder (más de un millón de habitantes), en el este de Bagdad. También se sospecha que en numerosas ciudades de mayoría chií, el Ejército del Mahdi ha logrado infiltrarse en la policía, y que con esa cobertura ha puesto en marcha los escuadrones de la muerte, acusados de secuestrar y matar a miles de suníes.
"El primer ministro debe expresar la voluntad del pueblo iraquí. Han salido por millones a la calle para exigir un calendario para la retirada" de las tropas norteamericanas, aseguró ayer el jefe del grupo parlamentario sadrista, Nasar al Rubaie. Se refiere a la marcha sobre Nayaf la semana pasada, cuando se cumplió el cuarto aniversario del derribo de la estatua de Sadam Husein en Bagdad, y que para la Casa Blanca representó el final de la guerra. Estados Unidos mantiene en el país a 140.000 soldados
Maliki aceptó la dimisión de los seis ministros de Al Sáder y reiteró que las tropas estadounidenses sólo dejarán el país cuando las tropas iraquíes estén en condiciones de hacerse con el control de la seguridad. "El primer ministro da la bienvenida al anuncio de Múqtada al Sáder de devolver los seis ministerios para que pueda nombrarse para ellos a gente competente y no basada en una afiliación sectaria", se dice en un comunicado publicado por la oficina de Maliki.
Protesta en noviembre
El Bloque Sáder se ha unido así a Al Fadila (La Virtud), grupo que abandonó la gobernante Alianza Iraquí Unida, chií, el pasado mes acusando a Al Maliki de "sectarismo" en sus políticas.
Múqtada amagó en noviembre con una retirada de sus ministros, en protesta por la reunión en Jordania entre Maliki y el presidente norteamericano, George W. Bush. Volvieron al Gobierno con la condición de que todo permiso (o renovación) para estacionar tropas extranjeras en Irak pase por el Parlamento.
La portavoz de la Casa Blanca, Dana Perino, que no ocultó su satisfacción por la salida de los ministros de Al Sáder -clérigo de un virulento antiamericanismo-, dijo ayer que lo ocurrido no representa la caída del Gobierno. "Si los sadristas se van, cosa que parece que han hecho esta mañana [por ayer] no significa que Maliki vaya a perder su mayoría parlamentaria", dijo. La decisión de Múqtada podría tener como objetivo apaciguar las disensiones en su movimiento, entre la facción más pragmática y la radical.
El Pentágono considera que el Ejército del Mahdi es la principal amenaza para el futuro de Irak, por delante incluso de la insurgencia suní y de los grupos extranjeros, como el de Al Qaeda en Irak, autores de la mayoría de los atentados.
Ese Ejército del Mahdi (armado por Irán, según Washington) se ha enfrentado en dos ocasiones con las tropas norteamericanas. En abril de 2004 y en agosto de ese mismo año.
Por otra parte, 13 soldados iraquíes murieron ayer y otros cuatro resultaron heridos de gravedad en un ataque perpetrado por un grupo insurgente al sur de Mosul, 400 kilómetros al norte de Bagdad, informaron fuentes policiales. La fuente explicó que el atentado no se limitó a un ataque con armas contra los miembros del puesto, sino que los insurgentes terminaron dinamitando el edificio en el que estaba ubicado el puesto de control.
El puesto se encontraba en Adaya, 80 kilómetros al sur de Mosul, una zona predominantemente suní. Éste es uno de los ataques más graves sufridos por el Ejército iraquí en los últimos meses.
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