"Las clases medias latinoamericanas harán más por la región que todos los políticos juntos"
Francisco Luzón López (Cañabate, Cuenca, 1948), consejero y director general del Grupo Santander para América Latina, habla con la experiencia de casi 20 años, desde que presidía el Banco Exterior. Acaba de organizar un seminario sobre la región en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander, donde se realiza la entrevista. Además de destaca el ascenso de las clases medias, resalta que América Latina está haciendo bien los deberes por primera vez.
Pregunta. En 2001 se decía que ésta iba a ser la década de la región y las crisis argentina y brasileña que lo echaron todo al traste. ¿No puede ocurrir lo mismo ahora?
Respuesta. Ahora, creo que no. Se ha iniciado un crecimiento sostenido y no va a ser fácil que deje de crecer al 4,5% o 5%. Estamos convencidos de que esta vez, sobre todo por México y Brasil (suponen el 70% del PIB de la región), se ha entrado en una senda de estabilidad razonable y, efectivamente, se va convertir en la década prodigiosa de América Latina.
"La banca tiene que llegar a todos los sitios y para ello tiene la tarjeta de crédito, que debe ser a la banca lo que el móvil a las telecomunicaciones"
"Lo que está pasando en la región no se entendería sin la presencia de la empresa española, como no se puede imaginar el Santander sin América Latina"
P. ¿Realmente piensa que no hay ningún peligro?
R. Los riesgos están más fuera que dentro, en la economía mundial, en los desequilibrios globales, como una desaceleración fuerte de Estados Unidos, hoy no previsible, o un cambio de la tendencia de los mercados. Por otro lado, están los riesgos geopolíticos, como un empeoramiento de la situación en Medio Oriente, que se nos escaparía de las manos. Si externamente las cosas van razonablemente bien, América Latina se sitúa en el nivel del círculo virtuoso.
P. ¿Cuentan los países latinoamericanos con los escudos preventivos necesarios?
R. Los riesgos extremos afectarían a todo el mundo, pero Latinoamérica está haciendo francamente bien los deberes por primera vez. En 2008, es posible que el 80% de la región sea calificada como receptora de inversión (investment grade) por primera vez.
P. ¿No cree que el populismo supone otro riesgo importante?
R. La región no deja de ser heterogénea, pero existe porque hay un espacio político, económico, social e histórico en el que coinciden valores y principios. Ocurre que la tentación permanente al populismo tiñe el color de la región. Pero si vamos a la masa critica, el 85% de la población está en el camino de la ortodoxia de una economía de mercado, de un sistema democrático de participación.
P. Todo eso está muy bien, pero la pobreza afecta a más del 36%.
R. La pobreza y la inseguridad son dos los problemas estructurales. Los distintos gobiernos, sobre todo tras la llegada de Lula a la presidencia de Brasil, se han dado cuenta de que sin eliminar la bolsa de pobreza es difícil avanzar. Ahora todos hacen políticas sociales para atender las necesidades mínimas.La conciencia clara de que hay unos niveles de subsistencia que hay que atender, es lo que diferencia esta fase de las anteriores. Algunas reformas no se pueden hacer con unos extractos de población tan pobre. En los últimos cuatro años, la pobreza se está reduciendo significativamente.
P. Y surgen las clases medias.
R. Se habla mucho de que es una región en la que entre las clases más altas y las más pobres hay un abismo, y es verdad. Es la región del mundo donde se produce la peor distribución de la renta y riqueza. Quizá lo más importante es que ocho años de crecimiento sostenido (los cuatro pasados y los cuatros próximos) harían que 60 millones de hogares estarían configurando las clases medias de América Latina. Sería la primera vez que los hogares de clase media superarían a los de renta baja, que sumarían 56 millones. Un cambio total y definitivo en la composición socioeconómica de la región.
P. Eso tiene unos efectos determinantes en la consolidación de la democracia.
R. Pues, sí. Hay que recordar que en los últimos 25 años ha habido 30 crisis (en algunos países, tres) que se han llevado por delante a las clases medias. Unas clases medias dominantes nos conducirían al escenario español, serían exigentes en la institucionalidad democrática, donde sería impensable un retorno al populismo o a políticas macroeconómicas heterodoxas. Por eso, es importante tener un buen sistema financiero, lo que es una garantía de estabilidad. Sinceramente, si las clases medias acaban siendo lo que pensamos van a incidir más en la consolidación de la democracia que todos los políticos juntos y harán impensable la vuelta a otros regímenes.
P. En Colombia están concentrados muchos de esos problemas.
R. La inseguridad está concentrada más en Centroamérica. En Colombia, el problema se deriva de 40 años de guerrilla y narcotráfico. A mí me sorprende que aguante, y la explicación es que ha sido país, que tiene un alto nivel de educación. Ahí hay un país. Si es capaz de superar ese cáncer, será uno de los grandes.
P. ¿Argentina se ha recuperado?
R. La fase de emergencia está acabada. Debería entrar ahora en la fase de normalización.
P. Usted dice que un buen sistema financiero es garantía de estabilidad. El gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, además de eso, apeló en la clausura de este encuentro a la necesidad de alcanzar niveles de bancarización más elevados, ¿coincide con los planes del Santander?
R. La crisis argentina evidenció que si no se tiene un sistema fuerte, se carece de una arma fundamental para hacer un desarrollo sostenible. El banco, después de la reestructuración y la compra del Abbey, cuenta con fondos suficientes para continuar su expansión y acompañar el desarrollo de la economía real de estos países. Estamos en una región de 500 millones de habitantes, con un proceso de bancarización increíble y unas clases medias que se van a consolidar. Por eso, debemos aprovechar la experiencia de la banca española en domiciliación de nóminas y otros servicios. La banca tiene que llegar a todos los sitios, como las telecomunicaciones y tiene la tarjeta de crédito, que debe ser a la banca lo que el móvil a las telecomunicaciones.
P. ¿No van a explotar el microcrédito para las capas más bajas?
R. Estamos trabajando en Chile desde hace 15 años para microempresas y la experiencia queremos exportarla a otros países. Lo que no tenemos es el microcrédito para las clases bajas, aunque en Venezuela hemos convertido una ONG en banco (Bancrecer) y ya tenemos cinco oficinas en Caracas. Si nos funciona, lo exportaremos. Hay una tercera dimensión, que es la vivienda social. La demanda va a ser espectacular. A medida que las inflaciones y los tipos de interés reales sean asumibles, el crédito hipotecario explotará.
P. ¿Cómo contribuyen las empresas españolas al desarrollo?
R. El efecto de la crisis de 2002 produjo tres años de encogimiento, pero desde 2005 volvió a haber un gran interés. Ahora sorprende la apuesta que hicimos. Lo que está pasando en Latinoamérica no se entendería sin la presencia de la empresa española, como tampoco se entendería el fortalecimiento de España en el mundo sin la expansión de la empresa española en Latinoamérica, como no se puede imaginar el Santander sin América Latina. El Santander se ha hecho mayor en América Latina, ha madurado, ha sido el gran proyecto que ha hecho del banco un banco mayor. Podría decir lo mismo de muchas empresas españolas. España necesita Latinoamérica para ser algo, y Latinoamérica necesita un gran valedor en el mundo y ése es España. Y eso está asumido por los dos. Lo que no se ha producido con la rapidez que yo esperaba es la presencia de empresas medianas.
P. ¿Y China, y Asia?
R. A China y a Asia llegaremos por América Latina. Es el puente natural.
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