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Reportaje:

Luchadoras en silencio

El XIV Encuentro Internacional de Mujeres de Negro se celebra en Valencia para denunciar la violencia y sus efectos

¿Qué une a una mujer de Chechenia con otra de India? A pesar de que su rutina sea diferente, convergen en la lucha por dejar de ser las principales víctimas de la guerra, la pobreza o cualquier tipo de violencia. Ese es el objetivo de las 375 mujeres de los cinco continentes, que se reúnen en el XIV Encuentro Internacional Mujeres de Negro que se celebra desde ayer y hasta el lunes en Valencia. Mujeres de Negro es una red internacional formada por grupos autónomos que luchan por la paz y por la creación de políticas que no impliquen actos violentos.

El colectivo es una red sin fronteras a la que pertenecen mujeres de los cinco continentes y que comparten experiencias e iniciativas a través de Internet. Su nombre se debe a la primera manifestación en Israel en 1988, en la que un grupo de mujeres vestidas de negro y en silencio protestaron contra las víctimas del conflicto entre israelíes y palestinos.

"Los hombres encaran la violencia, pero las mujeres sufrimos después los efectos"

Pero ayer no vestían de negro y no paraban de hablar. Roaa, una joven de Bagdad, viste ropa ajustada y va pintada con una sombra de ojos azul y pintalabios rojo. Pero en su país no puede ir así. "Me tengo que tapar y mi padre me lleva y me recoge del trabajo". Confiesa que nunca va sola por la calle, ni al cine, porque no existe, y que sólo su familia sabe que trabaja en una ONG. "Los hombres son los que encaran la violencia, pero son las mujeres quienes sufren después los efectos". Al hablar de sus días en Valencia se le ilumina la cara. "El ambiente es tan diferente, tan libre", exclama emocionada. La misma impresión expresan tres miembros de Mujeres de Negro en Suráfrica y en Ruanda. "Las mujeres de aquí son tan seguras. ¡Y pueden estar en la calle después de las seis de la tarde!", destacan Lameez, Zulfa e Yvette. Ellas están deseando ir a la playa "sin ningún miedo". Explican que en su país los niños crecen con la sensación de peligro ante un secuestro, una violación o un disparo. Compartir situaciones como estas y coger fuerzas para seguir luchando es lo que les ha traído a Valencia.

Durante estos días charlarán sobre la militarización de la vida cotidiana, los conflictos olvidados y de otros tan latentes como los de Irak, Afganistán o Israel. Piden silencio para que se escuche su voz en demanda de nuevas políticas en las que "la mujer participe como ejecutora y no como víctima y aprovechar su capacidad de gestión", asegura Marisa Méndez-Vigo, de la organización. Convocan a todas las valencianas el domingo en la playa de la Malva-rosa, donde se manifestarán contra la violencia vestidas de negro y en silencio.

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