"Pasamos de ser una de las mayores reservas de bacalao a tener sólo el 1%"
Con la creciente preocupación mundial por las reservas pesqueras, que se ha concretado recientemente, por ejemplo, en el cierre de los caladeros comunitarios para el atún rojo, Canadá y España tienen mucho de qué hablar. La época de las acusaciones mutuas de sobrepesca como causa de la casi extinción del bacalao de Canadá ha terminado y ahora hay colaboración donde antes había desconfianza y enfrentamiento, dijo el ministro de Pesca y Océanos canadienses, Loyola Hearn, durante su reciente visita a España. Y el trabajo en común incluye no sólo las regulaciones pesqueras, sino la investigación científica y la protección del medioambiente, dos escenarios prioritarios para Canadá, según Hearn. El ministro ha firmado en Madrid un Memorando de Entendimiento sobre Cooperación Pesquera con su colega española Elena Espinosa.
"Vemos la importancia de la colaboración con otros países como España"
Pregunta. Las reservas pesqueras están en riesgo en muchos mares del mundo. ¿Cómo están en las costas canadienses?
Respuesta. Nos hemos vuelto muy conscientes de los problemas relacionados con nuestro medioambiente y estamos muy preocupados por el estado de muchas de nuestras poblaciones pesqueras. El punto de inflexión fue cuando nos dimos cuenta de la dramática disminución de la población de bacalao, población que compartíamos con muchos países, incluida España. El bacalao era "el pescado" por definición en Canadá y, especialmente en Terranova. Pero pasamos de tener una de las mayores reservas salvajes del mundo a una población de sólo el 1% de lo que había sido.
P: ¿Y no se recupera el bacalao pese al control de la pesca?
R. El proceso de recuperación es muy lento. Creo que lo podemos lograr pero va a llevar tiempo y necesitamos muchísima colaboración. Cualquier presión sobre la población de bacalao, como las capturas colaterales, influye negativamente. Antes gestionábamos las distintas especies de pesca independientemente, pero estamos avanzando hacia una mejor comprensión del ecosistema global al tiempo que vemos la importancia de la colaboración con otros países, como España.
P. ¿El colapso del bacalao se debió sólo a la sobrepesca?
R. Se produjo en muy poco tiempo. Unos dirán que fue la fuerte presión pesquera de otros países, de Portugal, de España... y los españoles y los portugueses pueden decir que fue la sobrepesca canadiense. Yo creo que todos tenemos razón, todos tenemos que admitir que hubo pesca abusiva del bacalao y cambios a técnicas de captura que dañaban a veces los hábitats. Pero también se registraron cambios medioambientales en la temperatura del agua y en los patrones migratorios del bacalao. Quiero decir que se juntaron muchos factores muy rápidamente.
P. ¿No hay otras especies en riesgo?
R. Estamos un poco preocupados por el halibut, aunque por ahora las poblaciones son saludables. También las gambas preocupan porque la población está bien pero no tanto como hace unos años.
P. El cambio climático está actuando en el Ártico y Canadá tiene una extensa región ártica. ¿Están pendientes de la sensibilidad de esa zona?
R. Está convirtiéndose en un tema candente. Se habla mucho de las posibilidades de pescar en el extremo norte, donde antes no se podía. De hecho, tenemos enormes poblaciones de halibut y de gambas allí. Si varían las temperaturas... ¡quién sabe! No todos los cambios del calentamiento global van a ser negativos. Tenemos que comprender bien estas alteraciones y tal vez encontremos alguna ventaja.
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