Piccinini bordea los límites de la naturaleza
La artista australiana muestra en el Artium sus sugerentes reflexiones sobre ciencia y vida
Patricia Piccinini habla de emociones, de empatía, de ternura, de cariño cuando se refiere a su obra artística, pero lo cierto es que la exposición (Tiernas) criaturas en primer lugar, inquieta y luego induce a la reflexión. Sólo tras pasar un buen rato en la sala Este del Artium, el visitante consigue por fin encontrarse cómodo en su universo de figuras quiméricas, de momento. Una dura tarea para el espectador, quizás porque en sus fotografías, dibujos, instalaciones o vídeos, Piccinini apuesta por una creación artística pegada a la realidad cotidiana, que sirva de acicate para la reflexión sobre cuestiones como las relaciones entre lo natural y lo artificial en el mundo contemporáneo, la biotecnología o los derechos de los animales.
"Me parece que cada día están más difusas las fronteras entre lo natural y lo artificial"
La obra más conocida de Piccinini (Sierra Leona, 1965, aunque reside en Australia) probablemente sea The young family, con la que participó en la Bienal de Venecia de 2003. Esta escultura hiperrealista, como buena parte de su obra, presenta a una madre híbrido de cerdo, mono y ser humano que amamanta a tres de sus cachorros, destinados a generar órganos para trasplantar. La pieza está presente en la muestra que el museo alavés (www.artium.org) acoge hasta el 27 de enero. Es la primera exposición individual de Piccinini en España.
The young family supone un buen ejemplo de las preocupaciones que rigen la actividad creativa de la artista. "Es una quimera, un animal hoy imposible, pero del que ya oímos hablar. La mirada, tan humana, nos lleva a los pensamientos de esa madre de la que desconocemos si es consciente o no del destino de sus cachorros. Quizá alguien lo encuentre grotesco, pero al final nos provoca ternura", explicó ayer la autora durante la presentación de la exposición.
Desde que hace una década comenzó a trabajar en el proyecto Proteine lattice, su obra se ha concentrado en estas relaciones entre tecnología y naturaleza. Proteine lattice nació a partir de la noticia de que un experto en ingeniería genética de Massachussets consiguió en 1995 desarrollar un cartílago con forma de oreja humana sobre la espalda de un ratón. Las fotografías, realizadas siguiendo los cánones publicitarios, de bellas modelos con ratones con orejas en el costado, no dejan indiferente a nadie.
Estas imágenes se encuentran al final de la muestra. Antes, el visitante ha disfrutado con la recreación de paisajes habitados por criaturas inexistentes o con sus esculturas vinculadas a la automoción. Por un lado, una pareja de pequeños camiones (Truck babies, 1999) disfrutan viendo la televisión; por otro, está esa Vespa (Nest, 2006) que acaba de ser madre y que, en recogida postura, vela por su retoño.
"Me inspiré en las pinturas victorianas sobre animales; es una obra alegórica sobre las relaciones entre madre e hijo, relaciones que son imposibles de controlar", explicó su autora. "Me parece que resume bien mis inquietudes básicas: creemos que podemos controlar la Naturaleza y que podemos controlar la tecnología, pero me parece que cada día están más difusas las fronteras entre lo natural y lo artificial", añadió. La muestra se cierra con su última pieza, la videoinstalación The Gathering, que incorpora la mirada de otros seres vivos al propio ser humano y su cotidianeidad.
Conferencias y películas
Patricia Piccinini ha llegado a Vitoria desde Australia con su esposo y sus dos hijos. Defensora de la familia, exploradora de las relaciones a nivel más emotivo que racional ("mi obra tiene que ver con la empatía", dijo ayer), ofrecerá hoy (20.00) una conferencia en el Artium en que disertará sobre su exposición. La creadora indagará en las fronteras entre lo natural y lo artificial: "Una vez fue posible diferenciar entre órganico y mecánico; hoy ya no. Nos podemos encontrar con algo cultivado, pero que es artificial", comentó.
Para completar el debate que se propone en la muestra, el Artium ha organizado un ciclo de cine bajo el título Imágenes málditas, placeres culpables, con películas como El laberinto del fauno, de Guillermo del Toro, o El beso de la pantera, de Paul Schrader, entre el 5 y 21 de octubre. Además, Vicente Bellver, profesor de Filosofía del Derecho de la Universidad de Valencia, prepara un ciclo de conferencias sobre bioética el 12 y 13 de diciembre en que dos ponentes confrontarán asuntos como los derechos de los animales, la expectativa de un futuro poshumano o los límites de la clonación.
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