_
_
_
_
Crónica:Liga de Campeones
Crónica
Texto informativo con interpretación

Sofocón innecesario

El Sevilla, que acabó sufriendo, acaricia la clasificación gracias a una primera parte arrasadora

El Sevilla vio ayer las puertas de los octavos de final abiertas de par en par. Y con sonido de trompetas y vaporosos tules suspendidos en el aire dándole la bienvenida y todo. Pero sólo porque con los puntos conseguidos ya tiene la clasificación casi a prueba de desastre, porque el equipo y los espectadores se volvieron a ir a casa otra vez con cara de cólico. Lo mejor es que los sevillistas recuperaron su tono habitual en los partidos que juegan en su estadio -llevarse por delante al contrario en el primer cuarto de hora-. Sería una mezquindad difícil de justificar negarle el mérito al conjunto andaluz de su buen hacer, pero no se puede pasar por alto cómo se complicó la existencia en la segunda mitad, después de haber protagonizado momentos brillantes y merecido goles a tutiplén en la primera. El equipo de Juande Ramos recordó al pentacampeón que nació en los dos cursos pasados, pero aún no le llegan las fuerzas para frivolizar y algo muy similar es a lo que se dedicó en los primeros minutos de la segunda mitad, hasta que el Steaua le marcó como tan sólo podía está capacitado para hacerlo: porque los sevillistas se lo dejaron de caramelo.

SEVILLA 2 - STEAUA BUCAREST 1

Sevilla: Palop; Alves, Mosquera, Dragutinovic; Navas, Poulsen, Keita, Adriano, Diego Capel (Martí, m. 84); Adriano y Kanouté (Renato, m. 70). No utilizados: De Sanctis; Boulahrouz, Duda, De Mul y Koné.

Steaua Bucarest: Zapata; Marin, Goian, Rada, Emeghara; Nicolita, Petre, Dica (Badea, m. 46), Croitoru; Iacob (Zaharia, m. 70) y Surdu (Neaga, m. 46). No utilizados: Cernea; Baciu, Nesu y Bicfalvi.

Goles: 1-0. M. 5. Centro de Diego Capel desde la banda izquierda que Kanouté remata de cabeza. 2-0. M. 17. Luis Fabiano, de jugada individual en el área. 2-1. M. 63. Petre aprovecha un rechace.

Árbitro: Roberto Rosetti (Italia). Amonestó a Marin, Keita, Adriano, Croitoru y Zaharia.

Unos 30.000 espectadores en el Sánchez Pizjuán.

Más información
Juande Ramos: "No podemos bajar la guardia"

El Steaua ha consumido toda la primera vuelta de la liguilla sin conseguir ni un solo punto. Por lo visto, su estrambótico presidente, el archimillonario Gigi Becalli viajó hace unos días hasta un monasterio griego para entregarles una ofrenda millonaria por sus rezos a favor del equipo que posee. Ayer, su equipo -presume de hacer las alineaciones y diseñar las tácticas- mostró muy poquito durante la primera mitad, pero supo aprovechar la pájara sevillista.

El Sevilla salió dirigido primorosamente por Keita y Poulsen, sobre todo el africano que estuvo colosal durante la primera parte de la contienda. El primer gol fue en gran medida culpa de su excelente colocación, fuerza física y carácter. Keita resolvió una jugada embarullada en el área con un fuerte pase paralelo para la carrera de Capel que con sus correr tembloroso se coló y le puso una pelota plácida a Kanouté en la cabeza que tan sólo tuvo que girar el cuello para marcar. A punto estuvo el centrocampista maliense de poner el estadio boca abajo en el minuto 40 cuando empalmó un pepinazo tremendo con la zurda desde más de 30 metros que se estrelló contra el palo de la portería de Zapata. En la segunda mitad, el juego de Keita se disolvió y fue una de los principales motivos de que el del conjunto andaluz hiciera lo mismo. El africano lleva a estas alturas un buen tute de viajes entre las competiciones que disputa con el Sevilla y la fase de clasificación de su selección para la Copa África. Pero lo lleva Kanouté que cada vez padece más del pubis y otros músculos y, una vez confirmada la presencia de Malí en la citada competición continental, poco más podrá descansar.

Capel jugó sin duda alguna el mejor partido que se le recuerda en el Sevilla. El joven almeriense ha recibido muchas críticas por tener una sola jugada, por poseer un único truco. Ayer no sólo hizo lo que se le supone bien, sino que demostró con un par de diagonales que su calidad merece la paciencia de la grada. Paciencia que también merece el juego del equipo, que ya sólo muestra su potencial arrollador de manera ocasional y que se castiga a sufrir en partidos que debe y merece ganar como ayer que de fiesta pasó a sofocón con demasiada facilidad.

Los de Juande Ramos fueron muy superiores al Steaua, pero sufrieron en los últimos minutos para mantener el 2-1. El Arsenal lidera su grupo en la Champions.Vídeo: CNN+

Cánticos en el minuto 16

Los aficionados sevillistas respondieron a la petición del club para acabar con el homenaje silencioso que le tributaban al fallecido Antonio Puerta en el minuto 16, el del dorsal que identificaba al futbolista. Desde un par de minutos antes, los aficionados más bulliciosos, los del fondo norte, comenzaron a enlazar cántico tras cántico. Así se llegó al momento clave con un ambiente muy distinto al que se solía dar.Algunos silbidos, no muchos, fueron la única muestra de disgusto hacia la actitud de los seguidores más radicales. Al final, las palmas acompasadas ocuparon el lugar del silencio. Todo explotó cuando Luis Fabiano marcó en el último segundo de ese minuto (el 16 nominal, el 17 de juego).Por desgracia, no fue la única novedad del encuentro. Los aficionados más violentos, envalentonados, comenzaron a cantar insultos contra el Betis. Desde que murió Puerta, el resto de la grada les callaba a silbidos. Ayer se les dejó cantar cuando y lo que que quisieron.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_