La grandeza de un club pequeño

Más que un deporte universal, más que un espectáculo que genera millones de euros, y por encima de la retórica del estratega, el fútbol es una pasión. Sólo así se explica que un modesto club de barrio pueda llegar a celebrar su 100º aniversario en este mundo globalizado en el que los niños sueñan con vestir la camiseta del Barcelona, el Inter o el Manchester United y con emular los regates de futbolistas galácticos.

El secreto de la longevidad del Club Esportiu Europa reside, quizá, en que ha sabido enamorar a la afición con un proyecto basado en la cultura del esfuerzo y con los valores deportivos tradicionales. Su dilatada trayectoria no está repleta de grandes triunfos, aunque en sus anales han quedado escritas algunas gestas notables. Ahora el cineasta Carles Balagué ha recogido en un documental las alegrías y penurias del club centenario de Gracia, para homenajear a todos aquellos que con su fidelidad han hecho grande un club pequeño.

A mediados de la década de 1950, Balagué comenzó a acudir al campo del Europa de la mano de su hermano mayor. El club estaba situado en la calle de Sardenya, muy cerca del portal en el que vivía la familia de Ramallets, el portero del Barcelona de las cinco Copas y uno de los jugadores más populares que ha dado la cantera del equipo de Gràcia. Si el partido terminaba con victoria para los locales, Balagué y su hermano se acercaban al antiguo cine Máximo, en Travessera de Gràcia con Sicilia, para celebrarlo. De manera que, como él mismo recuerda, cada vez que vuelve la vista atrás, las escenas de Vértigo o La mujer y el monstruo se funden con los goles de Valls y Tomás "hasta formar una película sin fin". Pero lo que terminó de encender su fiebre europeísta fue la llegada de su padre a la junta del club, a principios de la década de 1960. Poco después, en la temporada 1962-1963, el equipo consiguió subir a Segunda División y al año siguiente quedó a dos puntos de disputar la promoción de ascenso a Primera con el Espanyol del mítico Ladislao Kubala.

El documental de Balagué, coproducido por TV-3, recoge el testimonio de antiguos jugadores, miembros de las diferentes directivas y socios veteranos que lucen con orgullo la antigüedad de sus carnets. Sus recuerdos se ilustran con imágenes de archivo, algunas de ellas cedidas por los propios seguidores del club. Futbolistas de diferentes épocas como Josep Boada, Ramon Salud, Pedrín, Antoni Ramallets y Ventura Gómez, que aparecen en el vídeo para recuperar de memoria alineaciones gloriosas, duros desplazamientos, amargas derrotas y árbitros sospechosamente miopes.

Una de las etapas que se rememora con mayor nostalgia es la de la exitosa década de 1920. En la temporada 1922-1923, el equipo se proclamó campeón de Cataluña al vencer al Barcelona en la final por 1-0. Y en 1928 se convirtió en uno de los nueve fundadores del primer campeonato de la Liga española, junto con el Real Madrid y el club azulgrana entre otros. El Europa estuvo en la élite del fútbol nacional durante tres temporadas consecutivas, pero después atravesó una etapa convulsa de la que consiguió salir poco a poco. Una de sus gestas más recordadas llegó en la temporada 1966-1967, cuando consiguió eliminar de la Copa del Generalísimo al Zaragoza de los cinco magníficos, aquel de Santos, Canario, Marcelino, Villa y Lapetra. Después el equipo perdió con el Córdoba, pero eso es lo de menos.

El actual presidente del club, Gillaume de Bode, cree que el documental de Balagué servirá para que los jóvenes del Europa -cuyas categorías inferiores en fútbol y baloncesto están compuestas por 1.400 jugadores en total- se sientan orgullosos por llevar la camiseta escapulada. Todo aquel que quiera conocer la historia del club a partir de sus imágenes, puede dirigirse a la entidad para conseguir entradas para el pase que acoge la Biblioteca Jaume Fuster, en la plaza de Lesseps de Barcelona, el próximo martes.