El PNV echa a sus ediles amenazados que no tomaron posesión en Ondarroa
La dura decisión, que puede ser recurrida, incluye al ex alcalde Aitor Maruri
El PNV ha optado por la vía más dura y ha expulsado de sus filas a sus militantes que formaban la candidatura de Ondarroa (Vizcaya), incluido el ex alcalde Aitor Maruri que la encabezaba, y se negaron, en junio pasado, a recoger sus credenciales de concejales para constituir la nueva corporación por las graves amenazas y fuertes presiones que tuvieron de la izquierda abertzale, cuya lista de ANV había sido ilegalizada. En las últimas elecciones municipales se registraron 2.195 votos nulos en Ondarroa (9.500 habitantes), donde el partido ganador (PNV) obtuvo 1.720 y consiguió nueve de los trece concejales en juego, la mayoría absoluta. Los representantes de ANV en Ondarroa, que no pudieron presentarse ya que su lista fue anulada a instancias del Gobierno y de la Fiscalía del Estado, reivindicaban para sí el Gobierno local, al entender que los votos nulos les correspondían.
La negativa de los ediles del PNV en dos ocasiones a tomar posesión y formalizar la nueva corporación, a pesar de las indicaciones en este sentido de la dirección regional de Vizcaya que entonces presidía Iñigo Urkullu, forzó un mes más tarde la formación, en el palacio foral de Bilbao, de una gestora municipal integrada por destacados dirigentes del partido, como ocurrió en el pequeño municipio vizcaíno de Mendata, también regido por otra gestora.
El presidente de la gestora es el ex alcalde de esta localidad Felix Arambarri, presidente también del Tribunal Municipal del PNV que ha dictado esta sentencia a raíz de la denuncia por desobediencia de la que fueron objeto ante el tribunal interno por su actitud. Arambarri afirmó ayer a este periódico que está obligado a inhibirse y no hacer declaraciones debido a su cargo interno y precisó que la sentencia todavía no es firme y puede ser recurrida. Sentencia que se ha conocido cuatro días después del nombramiento de Iñigo Urkullu a la presidencia del PNV.
Desde que se formalizó la gestora a finales de julio para gobernar este municipio, los radicales de la izquierda abertzale no han dejado de presionar y provocar a sus componentes. El primer pleno que la gestora trató de celebrar en octubre fue interrumpido con un gran alboroto y con gritos de lapurrak (ladrones) por los radicales. Desde las elecciones municipales, la tensión y las presiones dentro del pueblo no han cesado. La decisión del PNV de Vizcaya de hacerles frente e imponer la ley constituyendo una corporación con destacados dirigentes del partido que son de Ondarroa fue tomada como una declaración de guerra. Desde ese momento, los radicales están empeñados en impedir la celebración de las sesiones plenarias.
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