Los afectados por una explosión en Cornellà aún esperan el seguro
Un año después del siniestro, los vecinos aguardan que acaben las obras
Hace un par de semanas comenzaron las obras de reconstrucción del bloque de pisos número 36 de la avenida de la Porta Diagonal, en Cornellà de Llobregat, donde el pasado 26 de enero se produjo una explosión por un escape de gas que le costó la vida a una niña de dos años y causó una veintena de heridos. Han pasado 11 meses desde entonces y la polémica continúa. Sin embargo, la lucha de los vecinos no se centra en intentar aclarar las causas de la explosión, tarea en manos del Juzgado de Instrucción número 4 de Cornellà, sino en la falta de acuerdo con las empresas aseguradoras, principalmente con la aseguradora de la comunidad de vecinos, Mapfre, a la hora de establecer las indemnizaciones pertinentes.
Los vecinos no aceptan las compensaciones y estudian ir al juez
La aseguradora señala que el seguro cubre el 52% del valor
La versión del portavoz de la comunidad vecinal, Francisco Bermudo, es la siguiente: la aseguradora, en un primer momento, asumió la reconstrucción del edificio y reedificó dos áticos y un aparcamiento. Sin embargo, en mayo cambió de idea. Según Bermudo, la empresa paró la reconstrucción y, tras volver a analizar el caso, concluyó que tenía lugar un infraseguro, es decir, que la suma asegurada era menor que el valor real de lo asegurado. Concretamente, Mapfre señaló que el seguro daba cobertura al 52% del valor del edificio.
La aseguradora cifró en unos 700.000 euros el coste total de los daños y, consecuentemente, argumentó que sólo debía pagar el 52% de esa cifra. Pero como ya había comenzado a reconstruir algunas partes del edificio, descontó también el dinero invertido en ese aspecto. A finales de julio, Mapfre concluyó que la cifra con la que debía compensar a los afectados era de 18.000 euros, en materia de indemnización a la comunidad, más una suma variable para cada vecino. El total, se quedaba lejos de los 2,5 millones en que está valorada la reconstrucción. Sumando a la cifra que estipula Mapfre las indemnizaciones de las aseguradoras particulares, la compensación llega a 800.000 euros. Los vecinos aseguran que no han aceptado ni una sola de las indemnizaciones y que están considerando la posibilidad de llevar el caso a los tribunales. Mapfre, consultada por este diario, se limita a afirmar que asumió "los compromisos derivados de los contratos, y en los que no se llegó a un acuerdo con los asegurados, consignó ya en el juzgado en el mes de julio los importes correspondientes", como indica la ley. La aseguradora no aporta ni una cifra porque asegura que corresponde a sus clientes facilitarlas.
Pero no es ése el único punto oscuro en todo este asunto. Los vecinos, ante la constatación de que no podían hacer frente a la reconstrucción del edificio, recibieron la ayuda del Ayuntamiento de Cornellà. Éste se comprometió a aportar la diferencia entre lo que acaben pagando las aseguradoras y el coste total de la reconstrucción, para que los vecinos no tengan que pagar ni un euro de su bolsillo. Sin embargo, Bermudo apunta que el dinero no proviene exclusivamente del Ayuntamiento, sino que Gas Natural también está sufragando la reconstrucción.
La empresa gasista lo niega y recuerda que firmó un convenio con el Ayuntamiento en el que sólo se comprometía a asumir los gastos urgentes derivados de la explosión de los que no se hicieran cargo las empresas aseguradoras, es decir, los gastos de alojamiento y el restablecimiento de los vehículos profesionales.
El Ayuntamiento de Cornellá, que podría esclarecer de un plumazo la polémica, prefiere callar. Calla pero se remite a las declaraciones de Bermudo, quien afirma que Gas Natural está sufragando la reconstrucción.
Mientras tanto, los vecinos, tras vivir dos meses en habitaciones de hotel y otros ocho en pisos de alquiler, esperan que las obras finalicen. Las previsiones más optimistas hablan de 10 meses de espera; las más realistas, de un año. Al menos, el martes pasado, por primera vez tras la explosión, pudieron volver a sus casas para comprobar personalmente el estado interior del edificio.
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