La Generalitat descarta regular las cirugías estéticas a menores

Las cirugías estéticas practicadas a menores en la Comunidad Valenciana seguirán bajo el criterio de los padres o tutores y de los médicos de la clínica. La Consejería de Sanidad ha descartado regular, como sí piensa hacer la Junta de Andalucía mediante un decreto, las operaciones a menores. El Gobierno andaluz pretende que este tipo de intervenciones queden reflejadas en un registro y que además cuenten con el examen de un psicólogo ajeno al centro donde se practique la operación.

La mayoría de operaciones son liposucciones y prótesis mamarias

"De momento no se contempla ninguna norma especial", explican desde Sanidad, "cuando un menor se quiere someter a una operación de cirugía estética necesita la autorización de sus padres o tutores". Además de este consentimiento informado, la consejería apunta que "si el médico ve alguna irregularidad lo debe poner en conocimiento del juzgado de guardia". Es decir, Sanidad cree que con estos filtros basta para que los jóvenes no tomen decisiones precipitadas respecto a importantes cambios en su físico.

En la Comunidad Valenciana operan 67 clínicas de cirugía estética, 22 en Alicante, 5 en Castellón y 40 en Valencia. Pero no existen registros sobre cuántas liposucciones, implantaciones de prótesis mamarias o rinoplastias se practican, ni hay estadísticas sobre cuántas de estas intervenciones afectan a menores.

La imagen de una menor yendo al cirujano plástico porque sus padres le pagan un aumento de pecho por su cumpleaños no es una leyenda."Sí que se estaba dando; hace años estaban de moda este tipo de pacientes, pero ahora se da menos", explica José Mallent, cirujano con una clínica en Valencia. "A una menor no le hago una cirugía por capricho ni loco", afirma, aunque explica que sí hay algunos casos en los que está indicada una intervención: "Solo en malformaciones congénitas, tipo asimetrías mamarias graves o alteraciones de la forma de las mamas, como lo que llamamos mamas tuberosas o mamas en forma de cabra". También se podría incluir en casos muy graves una reducción de mamas. Liposucciones o abdominoplastias están totalmente descartadas, así como los rellenos o el botox. "Yo les recomiendo siempre que se esperen hasta los 18 años", explica, aunque es consciente de que cuando salen de su consulta pueden irse a otras clínicas que no tengan tantos reparos.

Antonio Porcuna, presidente de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE), aconseja "no operar ni a niños ni a adolescentes" y recuerda que la canciller de Alemania Angela Merkel ya hizo hace años una propuesta al Parlamento Europeo para prohibir totalmente las operaciones estéticas en menores. "Nos parece correcto", explica Porcuna, que afirma que entre los cirujanos de la SECPRE se permiten solo algunas intervenciones limitadas en este tipo de pacientes. El ejemplo serían las "orejas de soplillo, que pueden producir graves problemas de autoestima en la infancia". También algunas malformaciones congénitas que aunque no causen trastornos funcionales pueden producir problemas psicológicos.

La Comunidad Valenciana, junto con Madrid, Barcelona y la Costa del Sol, son, según el presidente de la SECPRE, las zonas de España "que aglutinan la mayoría de los 400.000 procedimientos estéticos que se realizan cada año". De estas intervenciones, más del 80% las solicitan las mujeres y solo la quinta parte, los varones.

La mayoría de operaciones, según Porcuna, son implantaciones de prótesis mamarias y liposucciones. Es difícil hacer un cálculo de cada tipo. Sólo con el aumento de pecho se puede hacer una aproximación, dado que hay un mercado de prótesis. Cada año se ponen unas 45.000, por lo que dividiendo por dos se tiene un cálculo de las mujeres que afrontan esta operación.

Sobre el decreto de la Junta de Andalucía, los cirujanos desconocen aún su contenido pero les parece que la regulación es correcta. Sobre todo en el tema de los registros de intervenciones a menores y la participación de un psicólogo ajeno a las clínicas para evaluar la conveniencia de la intervención.