De regalo, un vibrador
Dos comercios de Alicante y Valencia ofrecen artículos sexuales para mujeres
En 1980 abrieron los primeros sex-shops de España. Eran locales orientados a un público eminentemente masculino, pues en sus estanterías se mezclaban películas X con juguetes eróticos que buscaban reproducir, de una manera realista, los órganos sexuales masculinos y femeninos. Un territorio prácticamente vetado para las mujeres. Poco después de separarse de su marido, Candela entró un día en uno de esos sex-shops en busca de algo que pudiera estimular su libido. "No encontré nada que me gustara y me planteé por qué no existían tiendas en Valencia en las que las mujeres pudieran sentirse a gusto comprando juguetes eróticos o lencería", explica. Unos meses después, en noviembre de este año, Candela abrió en Valencia El placer de los sentidos, un comercio enfocado a que "las mujeres y las parejas se sientan cómodas descubriendo un mundo que les haga romper la rutina", dice. En su pequeño local, cerca del Parterre, Candela vende lencería erótica, velas para una noche de amor apasionado, libros especializados en relaciones sexuales, aromaterapia comestible y juguetes eróticos como vibradores o consoladores "de calidad y hechos con imaginación". Cuando cuenta esto al periodista, entra en El placer de los sentidos una pareja mayor, dispuesta a comprar lencería picante, y Candela los atiende, los asesora y los invita a dejarse llevar por su propuesta.
El 'conejo rampante' ha causado verdadero furor en el mundo
El caso de Estefanía Córdoba es parecido al de Candela. Apasionada de los viajes, veía en muchos lugares del mundo un tipo de negocio que ofrecía al comprador una serie de posibilidades para que las relaciones sexuales fueran "más amplias". En compañía de su hermana Gabriela, Estefanía abrió en Alicante, en septiembre de 2006, Fresas y Chocolate, un espacio de más de 150 metros cuadrados, divididos en dos plantas, donde brinda al visitante la ocasión de sumergirse en un mundo de "juguetes eróticos de élite y lencería de marca, de buena calidad", comenta. Es una tienda orientada al consumo por parte de la mujer, "que se sienta arropada cuando busca algo de diversión y variedad en sus relaciones sexuales", dice Estefanía, que organiza también charlas divulgativas, concursos de cartas de amor o reuniones de tuppersex, la nueva modalidad de venta de artículos eróticos creada a imagen y semejanza de las reuniones de tupperware.
Lo curioso es que, según afirma Estefanía, "ahora son los hombres los que se sienten cohibidos cuando entran en la tienda". Una tienda que se diferencia de otros espacios donde se ofrecen productos sexuales en "la calidad, pues tenemos productos de muy buena factura, sobre todo en cuestión de lencería, que es nuestro principal reclamo", dice.
El modelo de ambos comercios está en las tiendas especializadas que existen en medio mundo y que tienen a la firma Ann Summers como principal abanderada. La franquicia británica abrió, en mayo de 2005, su primera tienda en España. Lo hizo en Valencia y su propuesta funciona desde hace más de dos años a base de prendas íntimas, consoladores y vibradores de marca, entre ellos el famoso rampant rabbit (el conejo rampante), un consolador que estimula a la vez la vagina y el ano que ha causado verdadero furor en todo el mundo desde que uno de los personajes de la famosa serie Sexo en Nueva York lo recomendara en uno de sus capítulos. Ahora, la moda de regalar un vibrador o un consolador para disfrutar mejor las fiestas navideñas llega a la Comunidad Valenciana.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.