El Museo Thyssen de Sant Feliu de Guíxols abrirá sus puertas en 2010

Ocho años después de lanzar por primera vez su propuesta, Carmen Cervera no ha perdido la ilusión ni la paciencia de llegar a ver cumplido el deseo de fundar su museo en Sant Feliu de Guíxols (Baix Empordà). Aún vivía el barón Thyssen y ambos compartían este sueño. La visita de ayer del ministro de Cultura, César Antonio Molina, a la localidad de la Costa Brava ha servido para desencallar un proyecto que ha sido muchas veces pospuesto. El futuro Centro de Arte Colección Catalana Thyssen-Bornemisza se ubicará finalmente en el monasterio benedictino de la población y podría inaugurarse en 2010, según anunció ayer Molina.

Son más de 350 lienzos que la propia baronesa cedió en 2003

Aún no hay fijado un presupuesto ni un calendario concreto, pero la confirmación del emplazamiento sonó ayer a música celestial en los oídos de los asistentes. Especialmente entre el alcalde, Pere Albó (PSC), y los miembros del Consistorio, que ven en este paso un "importante movimiento" para la consecución definitiva del proyecto.

Tras una breve visita, Molina ha dado el visto bueno al edificio, al que calificó de "idóneo" y que desbanca así como sede al antiguo hospital. Según avanzó el titular de Cultura, en las próximas semanas se abrirá el proceso para la redacción del proyecto museístico que determinará tanto el número de obras que se expondrán como la adecuación del recinto.

En el proyecto del nuevo museo Thyssen están implicados el Ministerio de Cultura, la Generalitat de Catalunya, el Ayuntamiento de Sant Feliu de Guíxols, la Diputación de Girona y la propia Carmen Cervera. Sonriente y con poco afán de protagonismo, la baronesa Thyssen también mostró su satisfacción por el "impulso" que se ha dado al museo y recordó su relación con Sant Feliu, donde veranea desde hace años. "Hoy es un día realmente feliz", aseguró.

El centro albergará la colección particular de pintura catalana de los siglos XIX y XX que posee Carmen Cervera, con obras de Nonell, Casas, Anglada Camarassa, Rusiñol, Tàpies, Cuixart y Miró, entre otros. Son más de 350 lienzos que la propia baronesa cedió en 2003 para garantizar la creación del museo, aunque de momento no se sabe cuántas de estas pinturas se podrán ver en la exposición permanente. Todo dependerá del espacio que el monasterio otorgue a la colección.

Con más de 6.000 metros cuadrados distribuidos en tres plantas, es un edificio monástico construido entre los siglos X y XVIII, erigido en el centro de la población y alberga actualmente un museo de historia local. A finales del pasado noviembre, el monasterio ganó espacio con la incorporación de tres edificios anexos y un patio que el Obispado de Girona cedió al Ayuntamiento durante los próximos 75 años.