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Cinco sociedades hoteleras se disputan el negocio balneario de As Burgas

La empresa concesionaria pide 20 millones para renunciar al proyecto

Desde los romanos hasta hoy las aguas de As Burgas viven en un limbo patrimonial. No tienen dueño. Ni siquiera el Ayuntamiento de Ourense se ha molestado hasta la fecha en registrar la titularidad de un bien público que, además, es saludable. Ahora, el principal proyecto municipal del BNG en Ourense, responsable de Termalismo y Cultura, se centra en la recuperación de la mayor riqueza natural y patrimonial de la ciudad. El mayor escollo de gestión es llegar a un acuerdo económico con la empresa Xardín das Burgas que pide 20 millones por renunciar a los 19.000 metros cuadrados de edificabilidad que le concedió el gobierno municipal del PP. "Si los orensanos tienen que pagar 20 millones a esta empresa especuladora, abandono el ayuntamiento", aseguró en su día el teniente de alcalde, el nacionalista Alexandre Sánchez Vidal, cuando conoció la demanda. Y lo reitera ahora.

Tras ocho meses de continuos desencuentros con la empresa a la que el nuevo gobierno local ofreció 2 millones de euros por renunciar al proyecto, Sánchez Vidal ve una luz. Cinco grandes cadenas hoteleras especializadas en termalismo están dispuestas a construir y gestionar el balneario termal. Y, lo que es más importante, a negociar con Xardín das Burgas la compra de la edificabilidad.

Se trata de la empresa orensana Caldaria, de Hesperia (con capital de emigrados gallegos en Venezuela), de Viajes Halcón, del Grupo Jove y de una potente empresa estatal especializada en termalismo para la tercera edad. "El nivel de receptividad empresarial es enorme", destaca Sánchez Vidal.

La intención del ayuntamiento es adjudicar mediante concurso la construcción y gestión del balneario llamado a ser el principal escaparate del termalismo orensano. Un ambicioso proyecto para el corazón de la ciudad que incluye 8.000 metros cuadrados para un hotel balneario en el solar en donde está ahora paralizado el proyecto de Xardín das Burgas, el edificio de la antigua cárcel de la ciudad y la casa de baños de Outeiro que se encuentra entre ambos.

El proyecto se adjudicará a las empresas que "ofrezcan mejor gestión y mayor compensación pública", destaca Sánchez Vidal tras advertir que la Consellería de Industria está tramitando ya el expediente de titularidad municipal de las aguas para poder exigir compensaciones públicas por su uso. "Y si la negociación con Xardín das Burgas no prospera, recurriremos a la expropiación", añade.

La empresa que gane el concurso deberá asumir los costes de recuperación de la parcela. "El que quiera la carne deberá roer el hueso", sentencia el teniente de alcalde.

De momento, el ayuntamiento se ha dotado de herramientas para "frenar el interés especulativo" de la concesionaria "que consiguió el hito histórico de secar las Burgas perforando a más profundidad de la permitida".

Para llevar adelante su proyecto, Sánchez Vidal ha contado con la colaboración de las instituciones gobernadas por el BNG. En febrero de 2007 (con el PP aún al frente del ayuntamiento) Cultura declaró Bien de Interés Cultural el entorno de As Burgas. Una estrategia no sólo para frenar la obra de la empresa, sino para que "cualquier responsabilidad patrimonial sea asumida por la Xunta" y no por el ayuntamiento, que se ha cubierto de esta forma las espaldas ante una previsible demanda judicial de la empresa.

La última acción municipal para blindarse en este proyecto contra el interés de la concesionaria ha sido incluir el proyecto en el Plan Especial de Reforma Interior del casco histórico de forma que en 2009 se pueda sacar a concurso público e iniciar las obras.

Todo ello nueve años después de firmado el convenio urbanístico y de que el gobierno del PP recalificara el planeamiento urbanístico de 1986 en una operación que permitió a la empresa pasar de 2.000 metros cuadrados edificables a 19.000. Y seis años después de que Manuel Fraga afirmara que se bañaría en breve en el balneario "ataviado con una toga romana".

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