Condoleezza, loca por el 'fitness'

Pocas personas hay en Washington que se levanten a las cuatro de la mañana para estar en el gimnasio media hora después. Una es la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, "una apasionada del gimnasio", según se define, que ya está montada en la elíptica a las cuatro y media. Para ella, correr 40 minutos es sólo "un ejercicio cardiovascular ligero". Suele hacer pesas a diario supervisada por un entrenador personal. Todo esto lo cuenta Rice en la revista Fitness, a la que también revela que, cuando suena el despertador y aún es de noche, preferiría quedarse en la cama. "Pero me digo que sí que puedo, porque si no, no estaré tan alerta durante todo el día". Entrena en el gimnasio seis días a la semana. Incluso cuando está de viaje oficial acude al gimnasio del hotel de turno. Y cuida su dieta al máximo: sólo los fines de semana se da el gusto de comer un bagel, un panecillo elaborado con levadura de trigo.

Esta amante del deporte no acude a uno de los lujosos gimnasios de la capital de EE UU, sino a las instalaciones del Departamento de Estado. Después de una ducha, se vuelve a enfundar en uno de los muchos modelos de Armani o Ferragamo que tanto le apasionan y se dispone a enfrentarse a un nuevo día repleto de reuniones, comidas, discursos y conferencias telefónicas.