Tiros que cambian una temporada
El otro día, Dirk Nowitzki metió una canasta decisiva en el último segundo contra Utah. Aquella victoria, después de casi 80 partidos, metía a Dallas en los playoff. Resulta que es uno de los rivales contra los que nadie va a querer enfrentarse ahora. Han sufrido muchos problemas esta temporada, pero a ver quién es el guapo que quiere verse las caras con un equipo con su experiencia y con jugadores con la calidad del propio Nowitzki, Jason Kidd, Jason Terry o Josh Howard. Son temibles para el más pintado. Lo curioso es que ellos, como otros muchos equipos de primerísimo nivel, especialmente en la Conferencia Oeste, corran el riesgo de que un tiro fallado, una simple canasta, pueda conducirles al fracaso.
Eso refleja a la perfección el nivel y la igualdad en el Oeste, donde incluso equipos con la calidad de los Mavericks se podían quedar fuera de unos playoff que Denver corre peligro de perderse. En el Oeste, equipos como los Lakers, Phoenix o San Antonio también pueden depender para colocarse adecuadamente para aspirar al título de lo que suceda en algunos finales de partido apretado que tanto están produciéndose durante los últimos días.
Los playoff que se avecinan pueden ser los más espectaculares de los últimos años. No me gustan los tópicos ni hacer muchas cábalas, pero las últimas jornadas de la primera fase no dejan lugar a dudas. Se avecinan partidos de un interés extraordinario. Cualquier pequeño detalle, una jugada mal interpretada, un tiro mal ejecutado, un despiste defensivo, una lesión o una deficiente preparación física pueden dar al traste con el esfuerzo de muchos meses de trabajo.
Me gusta mucho cómo están funcionando los Lakers a pesar de que todavía no han podido contar con un pívot de la calidad de Bynum. Pero han recuperado a Gasol, que, después de su lesión, se encuentra en un excelente estado de forma. Han adquirido una dinámica de buen juego y de efectividad. Tal vez ya no arrasan, aunque son capaces de hacerlo como demostraron en los dos primeros cuartos ante los Hornets de Chris Paul. Se han convertido en un equipo muy duro y correoso que, salvo en el partido contra Portland, apenas comete errores.
En el Este, las tres primeras plazas parece que tienen ya dueños definitivos: Boston, Detroit y Orlando. Después están Cleveland y Washington y acto seguido nosotros, los Raptors. Queremos acabar ganando los tres partidos que nos quedan. Cuando lean este artículo, ya habremos jugado contra los Pistons y nos quedará enfrentarnos a Miami y Chicago. Cualquier tropiezo inesperado nos puede relegar a una mala situación. Entre quedar quintos o sextos no hay tanta diferencia, pero ser séptimos ya es mucho peor porque debes afrontar demasiados líos. Nadie quiere quedar emparejado, por ejemplo, con Detroit. Ya les hemos ganado en casa, pero llevan muchos años juntos, están unidos y tienen mucho carácter.
Algunos equipos, desde hace semanas, están reservando a sus mejores jugadores para los playoff. No sé si adulteran o no la competición, pero es comprensible. Aquí cada uno va a lo suyo.
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