Objetivo, compartir gastos
Las ciudades españolas de la Expo de 2010 se reúnen en Bilbao
¿Qué beneficios aportará a Bilbao exhibir su milagro urbanístico en la Expo de Shanghai en 2010? Su alcalde, Iñaki Azkuna, no fue capaz ayer de ofrecer una respuesta concreta, posiblemente porque no la hay, pero el alcalde salió del paso tirando de su lógica más campechana: "Si no vas allí, seguro que no te aporta nada. El hecho de haber sido seleccionada ya aporta un plus a la villa".
El alcalde se reunió ayer en el consistorio de la capital vizcaína con representantes de las otras cuatro ciudades españolas (Madrid, Barcelona, Santiago de Compostela y Zaragoza) que figuran entre las 55 urbes de todo el mundo seleccionadas para exhibir sus avances en materia urbanística y de vivienda en la exposición universal china, cuyo lema será Mejor ciudad, mejor vida. Allí, dentro de la novedosa Área de Buenas Prácticas Urbanas, podrán exhibir sus éxitos en esa materia. Bilbao y Barcelona han sido distinguidas en el capítulo llamado Ciudad habitable; Madrid y Zaragoza, en el de Vivienda habitable, y Santiago de Compostela, en el de Rehabilitación de zonas históricas.
La reunión perseguía diseñar una estrategia común y la optimización de recursos. Es decir, compartir unos gastos que se estiman elevados. "Ya que vamos a estar juntos, podemos compartir los gastos de mantenimiento o las azafatas", detalló Azkuna. Las ciudades seleccionadas desconocen aún de cuánto espacio dispondrán para tratar de captar la atención de los 70 millones de potenciales visitantes que recibirá la muestra entre mayo y octubre de 2010, por lo que no han definido sus presupuestos. "Bilbao ya es conocida a nivel internacional, pero no está de más que se le conozca mejor en el país llamado a ser el más importante en los próximos siglos", dijo Javier Conde, presidente de la Sociedad Estatal de Exposiciones Internacionales (SEEI), presente en la reunión.
BILBAO: Sigue el 'efecto Guggenheim'
Agotado ya el champán y apagadas las luces de su décimo aniversario, el Museo Guggenheim ha retornado, no sin sobresaltos contables, a su estratégica posición, la cabeza de ese tren al futuro llamado Bilbao. En su primera década de existencia, la pinacoteca generó un impacto en el PIB vasco de más de 1.500 millones de euros, estimuló más de 4.300 empleos y recibió más de un millón de visitantes cada año. Por encima de los números y de las cifras, si el Guggenheim es hoy la locomotora de un cierto milagro bilbaíno lo es porque ha devuelto a la villa y a sus habitantes su idiosincrásico orgullo, herido durante los grises ochenta y los confusos primeros noventa, tiempos en los que Bilbao olía a pis, a porro y a Ría sucia, como escribió el periodista viajero Denny Lee en The New York Times. La obra de Frank O. Gehry (también su, a veces olvidado, predecesor, el Metro de Foster) agitó la varita mágica que convirtió aquel industrial patito feo en un bello y coqueto cisne. Esta transformación, por insospechada e inverosímil, maravilló a millones de personas en los cinco continentes. Animados por su éxito, a la pinacoteca y al suburbano se sumaron el Palacio Euskalduna, el aeropuerto de Loiu, el puente Zubizuri, las torres Isozaki, el paseo de Abandoibarra o el Sheraton, y con ellos despertaron Bilbao y Vizcaya, y lo que aún está por venir: la Torre Iberdrola, la nueva isla de Zorrozaurre, el nuevo estadio de San Mamés, el campus de la UPV, la Supersur,...
Todo esto, y mucho más, mostrará la villa a 70 millones de personas bajo el nombre Bilbao Guggenheim++. El efecto continúa.
BARCELONA: La nueva cara de la Ciutat Vella
La rehabilitación de la Ciutat Vella de Barcelona (el Barrio Gótico, La Ribera/El Bron, el Raval y la Barceloneta) se gestó a primeros de los ochenta, pero recibió su empujón definitivo en 1999, cuando responsables municipales se marcaron ambiciosos objetivos hoy realidad: nuevos espacios públicos (calles, plazas y parques), equipamientos de barrio (centros cívicos, guarderías, escuelas, polideportivos), nuevas y dignas viviendas, rehabilitación integral o parcial de edificios, su promoción como centro comercial y de interés lúdico, cultural y turístico, y el fomento de la actividad económica y comercial.
SANTIAGO DE COMPOSTELA: La Ciudad Vieja recobra su esplendor
Patrimonio de la Humanidad desde 1985, la Ciudad Vieja de Santiago de Compostela es objeto desde los noventa de políticas tendentes a invertir el proceso de abandono y vaciado de viviendas. Hoy, la Plaza del Obradoiro y la Catedral brillan más que nunca gracias al esplendor de las calles, edificios y plazas que las rodean. Se han duplicado los parques públicos, se ha peatonalizado el recinto intramuros, se ha restringido el acceso a vehículos y ganado espacio para los peatones con la construcción de estacionamientos públicos y se ha procedido a la modernización comercial y hostelera del barrio.
ZARAGOZA: Un barrio ecológico surgido de la nada
En marzo de 2001, el Ayuntamiento de Zaragoza recuperó los terrenos del acuartelamiento militar de Valdespartera (243,2 hectáreas) y emprendió la creación, a partir de la nada, de un barrio al sur de la ciudad que contaría con cerca de 9.500 viviendas protegidas. El diseño del barrio se ajustó desde su origen a los criterios de desarrollo sostenible: viviendas a coste accesible, un urbanismo integrador, equipamientos lúdicos, deportivos y culturales y una arquitectura bioclimática, entendida como renuncia al empleo de materiales y recursos no renovables y la apuesta por energías alternativas.
MADRID: La Casa de Bambú redefine Carabanchel
Conocido durante décadas por su centro penitenciario, el barrio de Carabanchel cuenta desde 2007 con otro edificio identificativo: la Casa de Bambú, un volumen rectangular envuelto por una piel de ese material que contiene 88 viviendas protegidas. Obra del estudio de arquitectos FOA (Foreign Office Architects), destaca entre las tradicionales construcciones de ladrillo visto con miradores que la rodean. Su superficie actúa como una cámara de aire que aísla las viviendas del frío, el calor y el ruido. Todos los pisos tienen fachadas a ambos lados del bloque, lo que aporta una ventilación cruzada.
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