El navegador Firefox 3 nace para acabar con el dominio del Explorer
La aparición del navegador de código abierto espoleó a Microsoft, que durante cinco años no renovó su servicio - El F2 ha conseguido captar el 18,4% del mercado mundial - Apple renovará su Safari en los próximos meses
Los enemigos de Microsoft tienen pinta de mataos. De una casita de madera van saliendo jóvenes con coletas, camisas negras, tatuajes, cinturones de chinchetas y barbitas a medio crecer. Nada serio, a simple vista, más aún cuando por la calle de enfrente circulan los pollopera de Google, en sus patinetes y sus bicis y sus luminosas oficinas y su poli privada y su restaurante con menús temáticos. Pero no hay que dejarse llevar por las apariencias, los hippies que salen de la cabaña en su estricta hora del lunch son los desarrolladores de Firefox.
Para los que no estén en la movida, Firefox es un navegador, la herramienta más importante para todo aquel que quiera moverse en Internet. Antes que el buscador está el navegador, aunque la mayoría nunca se haya dado cuenta, ya que cree que le viene puesto con el ordenador. No es así. No era así en la década de 1990. Un tal Marc Andreesen se inventó en 1994 su navegador Netscape. La gente se compraba ese software con el que podía moverse cómodamente por las páginas de Internet, buscar, archivar, seleccionar, en definitiva, navegar por la World Wide Web sin saber informática.
Tres años después, Microsoft sacó gratis su Explorer y luego lo incluyó en sus sistemas operativos Windows. Netscape tuvo que cerrar el negocio, y el Explorer acabó instalado en el 95% de todos los ordenadores del mundo. La gente se acostumbró a que a la vez que se encendía el ordenador milagrosamente aparecía el navegador.
La venganza Netscape
En noviembre de 2004 llegó la venganza. Ex empleados de Netscape, reclutados por la Fundación Mozilla, sacaron productos de código abierto, como el servicio de correo Thunderbird (actualmente con ocho millones de usuarios) y el primer navegador Firefox. Desde entonces su impacto crece proporcionalmente al descenso del Explorer. Ya está instalado en más del 18% de los ordenadores mundiales, aunque en Europa se acerca al 30%, algo menos en España. Los otros contendientes, Opera y Safari (Apple anuncia una actualización), mantienen pequeñas cuotas.
John Lilly es el único que no sale de la oficina a la hora de comer. Aparte del mejor peinado de la tribu es el director general de Mozilla, incubadora del navegador Firefox y del correo Thunderbird, entre otras aplicaciones. Todo es código abierto. Para los empleados de Mozilla los programas propietarios -sean Apple o Microsoft- son una aberración, algo contra natura en Internet. En una de las paredes cuelga el póster de un zorrito que llora mientras suplica: "Por favor, no dañes la Web. Emplea estándares abiertos".
De Lilly sólo salen alabanzas hacia los internautas europeos por la valentía, en su opinión, que muestran al usar profusamente Firefox, frente al "conservadurismo de la sociedad norteamericana".
Aunque no lo diga en voz alta, con Firefox 3 la Fundación Mozilla aspira a quitarle otro trozo de pastel a Microsoft, a quitarle otro argumento para que la gente deje de usar Windows. El reto es una nueva pelea entre David y Goliat. En este caso, David se compone de 140 empleados y una multitud de programadores voluntarios distribuidos por todo el mundo. Goliat (Microsoft), que estuvo cinco años sin actualizar su navegador, ha reaccionado a cada movimiento de Mozilla y también lo hará en esta ocasión. Si el Firefox 2 acabó con el monopolio del Explorer, la versión 3 intenta arrebatarle la mayoría.
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